Pacificación en tiempos de guerra: los Premios Nobel de la Paz
Instituidos por Alfred Nobel, se entregan cada 10 de diciembre en Oslo
20.10.2023 | tiempo de lectura: 6 minutos
En un mundo conmovido por la guerra Israel-Hamás, recordar a personas y organizaciones que bregaron por la paz y la resolución de conflictos es una forma de valorar a aquellos que se convirtieron en símbolos de la lucha contra los enfrentamientos bélicos, la violencia, la persecución y la discriminación.
Los Premios Nobel de la Paz, instituidos por Alfred Nobel, se entregan cada 10 de diciembre en Oslo, capital de Noruega.
Muchos fueron celebrados a lo largo y ancho del planeta, como el de Martin Luther King o la Madre Teresa de Calcuta, y otros muy cuestionados, mientras que el mecanismo de nominación llevó a que Hitler, Mussolini y Satlin figuren como candidatos al prestigioso galardón, tras ser postulados ante el Comité Nobel Noruego.
Quienes pueden presentar postulaciones son, entre otros, los miembros actuales y anteriores del Comité Nobel, los miembros de los cuerpos legislativos y de los gobiernos nacionales, catedráticos de derecho, historia y filosofía, y quienes ya hayan obtenido un Nobel de la Paz.
Una vez entregado el premio, las nominaciones se archivan en la Fundación Nobel y se dan a conocer luego de 50 años.
El pacifista indio Mahatma Gandhi fue nominado 5 veces, pero nunca fue premiado.
La historia de los Premios Nobel de la Paz
Es la única categoría que se falla y se entrega en Oslo y no en Estocolmo. El motivo de esta decisión no está claro, pero cabe tomar nota de que Noruega y Suecia eran una sola nación cuando vivía el creador de los Premios Nobel, el químico, magnate sueco y filántropo Alfred Nobel (1833-1896), inventor de la dinamita.
En su testamento estableció que este premio debe ser otorgado por un comité de cinco personas elegidas por el Storting (Parlamento noruego), y ser recibido por quien haya realizado “el mayor o el mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, por la abolición o reducción de ejércitos permanentes y para la promoción de congresos de paz”.
Según consigna el sitio web de la Fundación Nobel, su postura sobre la guerra y la paz quedó expuesta en la correspondencia que mantuvo con su amiga, la condesa austríaca Bertha von Suttner, pacifista y primera mujer reconocida con un Nobel de la Paz.
Al referirse a sus fábricas de dinamita Alfred Nobel expresó: “Quizás mis fábricas pongan fin a la guerra antes que vuestros congresos: el día en que dos cuerpos de ejército puedan aniquilarse mutuamente en un segundo, todas las naciones civilizadas se destruirán”, y “seguramente retrocederán horrorizados y disolverán sus tropas”.
La Fundación sostiene que Alfred Nobel “no vivió lo suficiente para experimentar la Primera Guerra Mundial y ver cuán equivocada era su concepción”.
La paz desde la prisión
Cinco personas fueron galardonadas con el Nobel de la Paz estando presas.
El primero fue Carl von Ossietzky, periodista, pacifista alemán y fundador del Movimiento Nie Wieder Krieg (Nunca más la guerra).
En 1935 el Comité Nobel Noruego decidió otorgarle el premio “por su ardiente amor por la libertad de pensamiento y expresión y su valiosa contribución a la causa de la paz”, pero no llegó a recibirlo porque estaba en un campo de concentración nazi y murió detenido en un hospital en 1938.
La premiación desató la ira de Adolf Hitler, quien prohibió a la ciudadanía aceptar cualquier Nobel.
El 6 de octubre pasado se anunció la premiación de Narges Mohammadi, periodista y activista irání, “por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y sus esfuerzos para promover los derechos humanos y la libertad para todos".
Actualmente cumple una pena de 10 años de prisión en una cárcel de Evin, en Theherán, y pasó largos lapsos en confinamiento solitario. El Comité del Nobel espera su liberación para entregarle el premio.
Fue arrestada 13 veces, la última en 2011, y tiene 5 condenas por un total de 31años de prisión y 154 latigazos por “acciones contra la seguridad nacional y propaganda contra el Estado”.
La detención de la Nobel de la Paz 2023 llevó a que las mujeres iraníes recrudecieran sus manifestaciones prendiendo fuego los velos islámicos al grito de "mujeres, vida, libertad".
Ales Bialiatski, activista bielorruso, fue premiado en 2022 “por promover el derecho a criticar el poder y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos” de Bielorrusia. El galardón lo recibió su esposa, ya que él cumplía una condena de 10 años de prisión. Fue condenado en 2011, liberado en 2014, y apresado nuevamente en 2021por oponerse al régimen del presidente Alexandr Lukashenko.
Liu Xiaobo, uno de los autores del manifiesto que pedía elecciones libres en China, fue el segundo Nobel de la Paz que murió en medio de una condena de cárcel. El activista falleció en 2017 por cáncer luego que el gobierno comunista de ese país lo trasladó a un hospital, al borde de la muerte y con libertad condicional. Había sido premiado en 2010, “por sus esfuerzos para implementar los derechos humanos fundamentales garantizados en los instrumentos internacionales, así como en la constitución de la República Popular China”.
Aung San Suu Kyi, líder de Myanmar (anteriormente, Birmania), condenada por un tribunal militar en 2022 a otros 7 años de prisión, tras el golpe de Estado de 2021, acusada de varios delitos (sedición, soborno, violaciones de la ley de telecomunicaciones y a las restricciones por coronavirus, entre otros) había sido premiada en 1991 “por su combate no violento por la democracia y los derechos humanos”, estando bajo arresto domiciliario. No se presentó a recibir el premio, a pesar de que la junta militar le dio autorización para viajar, por miedo a no poder volver a su país.
Algunos de los premiados
Martin Luther King, líder estadounidense y pastor bautista, “por su lucha no violenta por los derechos civiles de la población afroamericana”.
Nelson Mandela, líder sudafricano “por su trabajo para poner fin pacíficamente al régimen del apartheid y sentar las bases de una nueva Sudáfrica democrática”.
Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, “por su labor de llevar ayuda a la humanidad que sufre”.
Malala Yousafzai, activista pakistaní, “por su lucha contra la supresión de los niños y los jóvenes, y por el derecho de todos los niños a la educación”.
Martti Ahtisaari, expresidente de Finlandia fallecido el pasado 16 de octubre a los 86 años, "por sus importantes esfuerzos, en varios continentes y durante más de tres décadas, por resolver conflictos internacionales".
Lech Wałęsa, expresidente de Polonia y líder del movimiento sindical Solidaridad, “por su trabajo por la independencia de las asociaciones de trabajadores, en un contexto de opresión y control estatal”.
Mijaíl Gorbachov, expresidente soviético, “por su contribución al proceso de paz entre la URSS y los estados occidentales”. Tras su fallecimiento el secretario general de la ONU lo calificó como “un incansable abogado de la paz” y “un estadista único que cambió el curso de la historia”.
Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas, “por afianzar la tradicional responsabilidad de la ONU en favor de la paz y la seguridad y por reforzar obligaciones con respecto a la política de defensa de los derechos humanos".
Theodore Roosevelt, expresidente de Estados Unidos, “por su papel en poner fin a la sangrienta guerra librada entre dos de las grandes potencias del mundo, Japón y Rusia”.
Jean Henry Dunant, cuyo pensamiento promovió la posterior creación la Cruz Roja, “por sus esfuerzos humanitarios para ayudar a los soldados heridos y crear entendimiento internacional”.
Los latinoamericanos premiados fueron Carlos Saavedra, Adolfo Pérez Esquivel, Alfonso García Robles, Oscar Arias, Rigoberta Menchú y Juan Manuel Santos.
En 2007 el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) recibió el Nobel de la Paz junto al exvicepresidente estadounidense Al Gore. Los uruguayos Virginia Sena, Gustavo Nagy. Walter Baethgen, Daniel Martino, Cecilia Ramos Mañé y Walter Oyhantçabal integran ese grupo de expertos.
El Comité Internacional de la Cruz Roja recibió el galardón en tres oportunidades y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados lo recibió dos veces.
Premios Nobel cuestionados
Algunos premios generaron polémica, como el de Liu Xiaobo, Henry Kissinger y de Barak Obama, y en este último caso hasta el premiado se preguntó por qué lo recibía.
Lech Walesa, quien se enfrentó al comunismo, fue puesto en tela de juicio, tras ser acusado de operar para la policía como agente secreto, algo que negó rotundamente, objetando la veracidad de la información presentada en su contra.
Juan Manuel Santos recibió el Nobel de la Paz estando al frente del gobierno de Colombia “por sus decididos esfuerzos para poner fin al conflicto armado de más de 50 años del país”, y poco antes de anunciarse el premio la población colombiana rechazó el acuerdo de paz.
La Fiscalía General de la Nación investiga la presunta financiación a sus campañas electorales por parte de la multinacional Odebrecht en 2010 y 2014, que lo llevaron en ambas ocasiones a la presidencia de Colombia.
Las recientes manifestaciones de Santos y del actual presidente colombiano Iván Duque en la red social X recibieron fuertes críticas.
Santos reconoció a Palestina como “Estado libre, soberano e independiente”, horas antes de dejar la presidencia, en 2018, acto rechazado por Israel y por Duque. Este jueves el mandatario escribió en su cuenta que “abrirá su embajada en Ramallah”, decisión tomada por su antecesor.
La única persona que rechazó un Nobel de la Paz fue el vietnamita Le Duc Tho, ya que ese año (1973) también recibía el mismo galardón el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger.
Las nominaciones de Hitler, Stalin y Mussolini
Adolf Hitler figura como nominado al Premio Nobel de la Paz en 1939. La postulación del Führer fue presentada “por su gran amor por la paz” en una carta enviada al Comité Nobel por el miembro del Parlamento de Suecia, el antifascista Erik Gottfrid Christian Brandt, quien debió aclarar que lo había nominado de forma sarcástica y retiró la nominación.
Benito Mussolini, 'Il Dulce', líder del movimiento fascista italiano, también está en la lista de nominados, a pesar de haber llevado a Italia a la guerra y de haber sido aliado de Hitler.
El dictador Josef Stalin, líder de la Unión Soviética, fue nominado dos veces por su “esfuerzo” para terminar con la Segunda Guerra Mundial.
Texto: Magela Camelo