María Flores: hay patrones para quienes la sindicalización es una traición
Entrevista a María Flores, de la directiva del Sindicato Único de Trabajadores del Tambo y Afines (Sutta)
13.09.2023 | tiempo de lectura: 2 minutos
En Justos y pecadores entrevistamos a María Flores, trabajadora rural, integrante de la directiva del Sindicato Único de Trabajadores del Tambo y Afines (Sutta).
Flores señaló que un trabajador o trabajadora rural tiene un salario que ronda los 27.000, 28.000 pesos y agregó: “Se decretó tarde –como todo lo que nos llega a los trabajadores rurales– la ley 18.441 de la ley de jornada laboral limitada a 8 horas. Ahí tenemos un gran embudo en que esta jornada laboral realmente se cumpla y se cumpla en los hechos”.
Sostuvo que cuanto más se conoce el interior profundo y la realidad de los pueblos chicos, se mantiene “el canje”. “Te dicen: ´haces unas horas de más y después te doy libre´. Sigue habiendo algunas cosas que detectamos y que las denunciamos en el ámbito que tenemos que denunciarlas”, afirmó.
Señaló que también existe falta de información en el Uruguay profundo, donde hay poblados que no tienen acceso a internet. “Muchas veces te encontrás con realidades que te rompen los ojos”, indicó Flores.
“Lo que pasa es que hay que ponerse en la piel del otro. Hay que ser empáticos. Saber que vivimos en el campo, y que no solo vive el hombre, sino también la mujer y sus hijos y que de repente trabaja toda la familia en un mismo establecimiento. Entonces, como padres, si reclamamos también puede repercutir en nuestros hijos. Tenemos patrones que cuando se enteraron de que nos sindicalizamos, dijeron: ´alta traición´. Te dicen: ´lo tenés que hablar conmigo. No necesito un tercero que venga a hablar conmigo´. El tema es que a veces hace diez años que estamos hablando con ellos y no nos dan bolilla”, agregó.
Flores dijo que hay toda una temática de realidades diferentes, de convivir en el mismo predio muchas veces. “Cuesta ejercer tus derechos, saber que eso (trabajar un jornal de 8 horas) no está solo en el papel, sino que es una ley. Tenés la Expo Prado, donde hay trabajadores cuidando animales que después se rematan en miles de dólares”, afirmó.