El fracaso de la ONU en el Congo
Por Mauricio Almada
24.06.2024 | tiempo de lectura: 3 minutos
El 20 de diciembre del corriente terminará en la República Democrática del Congo la misión de paz más larga y costosa de la historia de las Naciones Unidas. Lejos de haber estabilizado al país, este continúa sumido en largos enfrentamientos étnicos y de grupos armados que son funcionales a la explotación inescrupulosa de sus recursos naturales por parte de compañías extranjeras.
Así como la ONU llegó al Congo por solicitud de este hace 25 años, se marchará de allí de la misma forma dentro de seis meses.
La expresión en suajili Hokuna Matata (“está todo bien”, recordada por la película El rey león) que era parte de la comunicación entre los cascos azules y la población local al comienzo de la misión, se transformó en los últimos años en Ondoka Hapa! (“lárgate de aquí”).
Las manifestaciones de rechazo a la presencia de la misión, a la cual pasaron a considerar una fuerza de ocupación indeseable, dejaron como saldo más de un centenar de muertos solo en los últimos seis meses.
El recrudecimiento de la violencia y el agravamiento de la situación humanitaria de las poblaciones desplazadas alcanzan al día de hoy niveles escandalosos.
En estas dos décadas y media, los contingentes de los distintos países que contribuyeron con tropas a la misión fueron testigos de la expoliación de los recursos naturales por parte de grupos extranjeros, sin poder intervenir para impedirlo.
Preciados minerales como coltán, oro, diamantes, cobalto, uranio, cobre, casiterita, entre otros, se han extraído a costos miserables y han sido llevados en avionetas a diferentes destinos, fuera del Congo.
Los grupos guerreros que se extienden por varias provincias brindan seguridad a las explotaciones mineras donde se trabaja en forma indigna.
Los enfrentamientos étnicos atraviesan el país. Particularmente el de los tutsis y los hutus. Los tutsis han estado asociados al poder colonial y al que vino después, siendo históricamente favorecidos, mientras que los hutus han estado un escalón por debajo, vinculados al trabajo campesino.
Tras décadas de tensión, el estallido se produjo en Ruanda en 1994, con el genocidio que extremistas hutus cometieron contra los tutsis, dejando un saldo de 800.000 ejecutados y 200.000 mujeres violadas.
Las fronteras artificiales y grotescas que los países colonialistas europeos impusieron en África Central en el siglo XIX nunca se correspondieron con la realidad de las naciones preexistentes.
Por tanto, tutsis y hutus han estado de un lado y otro de la frontera del Congo con Ruanda, llevando sus enfrentamientos a territorio congoleño.
Este es uno de los conflictos que erosionó hasta el fin a la misión de la ONU, que termina sin alcanzar los logros de estabilización que se había propuesto. Fracasó.
Y si los cascos azules uruguayos han sido parte de la misión, ¿también fracasaron? Al ser parte de un todo que fracasó, la respuesta es afirmativa.
Sin embargo, si se consideran los aportes que brinda la actuación en el territorio, el saldo es diferente. Los contingentes de otros países, la ONU y los congoleños fueron testigos del profesionalismo de los soldados que llevaban la bandera uruguaya en sus uniformes.
Por otra parte, los miles de integrantes de las fuerzas armadas que pasaron por esta misión pudieron juntar algo de dinero para gastar a su regreso, o para pagar lo que ya habían gastado antes de partir.
Además, tanto oficiales como personal subalterno, pudieron llevar a la práctica competencias que habían adquirido durante su capacitación en las respectivas fuerzas.
Conocer a efectivos de otros países, muchos de culturas diferentes, también enriqueció al personal en su formación.
Entre los puntos negativos de la misión para Uruguay no hay que olvidar que quedaron atrás las vidas de 13 soldados uruguayos, cientos de enfermos de malaria y otras afecciones.
Otro punto deficitario para Uruguay ha sido la falta de penetración comercial en las misiones de paz en las cuales ha participado y, por supuesto, en la del Congo. Casi no se ven productos uruguayos en el abastecimiento de los contingentes de otros países.
En síntesis: la misión de Naciones Unidas fracasó, aunque para Uruguay fue útil haber participado de ella.