La deforestación en la Amazonia brasileña cae un 45,7 % en el último año

La Amazonia brasileña perdió 4.314 kilómetros cuadrados de vegetación en un año

08.08.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos

La Amazonia brasileña perdió 4.314 kilómetros cuadrados de vegetación entre el 1 de agosto 2023 y el 31 de julio de 2024, una caída de 45,7 % en el comparativo interanual, informó este miércoles el Gobierno.

Se trata de la menor tasa de devastación registrada desde 2016, año en el que el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe, por sus siglas en portugués) comenzó a llevar el registro de alertas por deforestación en el bioma.

Pese a tratarse de una estimativa, la cifra ya muestra una fuerte caída de la devastación en la mayor selva tropical del mundo, aunque el dato oficial se conocerá en los próximos meses, cuando un sistema más sofisticado y preciso (Prodes) divulgue la tasa oficial.

La caída de la tala en el bioma en los últimos 12 meses fue impulsada por la reducción de la devastación registrada en cinco de los nueve estados de la Amazonia brasileña, con una baja de 63 % en Rondônia; del 58 % en Amazonas; del 54 % en Acre; del 52 % en Mato Grosso; y del 47,7 % en Pará.

La disminución de las talas también se vio en las Unidades de Conservación Amazónica (- 67 %) y en los Territorios Indígenas, donde la devastación cayó un 50 %.

Durante la presentación de los datos, la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, señaló que la caída en la deforestación de la Amazonia es el resultado del plan de prevención y control implementado por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para el bioma.

La tala sube en julio

El Gobierno, sin embargo, también divulgó que luego de 15 meses de baja mensual constante en el comparativo interanual, la deforestación en la Amazonía brasileña volvió a dispararse en julio.

Según los datos del sistema de alertas divulgados este miércoles, en el mes pasado fueron destruidos 666 kilómetros cuadrados de vegetación en el bioma, un 33 % más que en julio de 2023 y un 44,4 % más que en junio.

La deforestación en la Amazonía suele aumentar hacia finales de junio, antes de que comience el período de sequía que se extiende desde agosto a enero.

En este año, además de la intensa sequía que se vive en el bioma por los efectos prolongados del fenómeno de El Niño y de los cambios climáticos, el aumento de la devastación ha sido impactado por otros factores.

Según explicó João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del ministerio de Medio Ambiente, también ha influido la huelga que se vive en el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), el principal órgano de control ambiental en el país, y por las próximas elecciones municipales de octubre, período en el que los alcaldes suelen ser más permisivos.

El Gobierno de Lula aspira a lograr una deforestación ilegal nula para 2030 y ha reforzado los recursos para fiscalizar el cumplimiento de las normas ambientales, después de una aplicación laxa durante los años de mandato de Jair Bolsonaro que aceleró la tala de vegetación nativa.

Texto y foto: EFE