Heridas que no cierran: un sobreviviente habla de la tragedia de Cromañón

Entrevistamos a Diego Cocuzza, sobreviviente de Cromañón y presidente de la organización «No nos cuenten Cromañón»

14.11.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos

En Justos y pecadores entrevistamos a Diego Cocuzza, sobreviviente de Cromañón y presidente de No nos cuenten Cromañón, organización de familiares y víctimas de la tragedia, a propósito de la serie homónima estrenada en Prime Video.

Cocuzza tenía 19 años cuando el 30 de diciembre de 1994 fue, con dos amigas, a Cromañón (a metros de Plaza Once) a ver a la banda argentina Callejeros. No imaginaba que minutos después, junto a otros 3.000 jóvenes, iba a protagonizar la mayor tragedia de la historia del rock argentino. Esa noche 194 jóvenes perdieron su vida.

Hace una semana, Prime Video estrenó la serie Cromañón, que se ha transformado en la más vista en esa plataforma digital. El hecho ameritó un comunicado de prensa de las organización No nos cuenten Cromañón.

Desde Buenos Aires, Cocuzza explicó el carácter de la misiva. El texto reconoce que se trata de una serie ficcional y que tiene un lado positivo, en la medida que permite visibilizar el tema a nuevas generaciones.

No obstante, Cocuzza sostuvo que  lo que está en tela de juicio es que se genere un rédito económico a partir de la serie. Por otro lado, representar (ya que se trata de una ficción) esa noche trágica es remover las heridas de los sobrevivientes.

En este sentido, señaló varias negligencias en materia de seguridad y habilitaciones que tenía el local. La única explicación para que Cromañón estuviera activo eran las coimas que su propietario Omar Chabán –fallecido en  2014–  entregaba a policías y políticos de entonces.

“Las consecuencias aún continúan. De los sobrevivientes, diecisiete se suicidaron. La misma cifra que la de los soldados que estuvieron en Malvinas”, afirmó.

En honor a la verdad fue que la organización Nos no cuenten Cromañón, donde sus integrantes trabajan de forma honoraria, publicó el libro Voces, Tiempo, Verdad, que va por la tercera edición. Allí se relata con precisión lo ocurrido y los hechos que antecedieron a la masacre.

Los ingresos generados por la venta del volumen son volcados en su totalidad al programa de asistencia en salud mental, dirigidos a sobrevivientes y familiares de la tragedia.