El periodista Alfredo Carlos Dighiero recuerda a José Plaja, primera parte
Dirección: Dra. María Magdalena Dighiero
Remasterización: Horacio Malnero
23.11.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos
Este fin de semana en Así es Carlos Gardel, reviviremos 2 programas especiales referidos al español José Plaja (1900-1982), quien fuera el último sobreviviente de la tragedia de Medellín, en una entrevista realizada 2 años antes de su fallecimiento.
Sin duda este testimonio es uno de los más importantes pues Plaja se integra al elenco de Gardel cuando este cumple el ciclo en los Estados Unidos, entre 1933 y 1935 y le secunda como técnico sonidista en todas la películas rodadas para la Paramount Pictures, 5 en total, pero a su vez introduce al cantor en el conocimiento del idioma inglés.
Ya que el Zorzal Criollo al regreso de la gira debería rodar dos nuevos films y el último sería en Hollywood, junto a grandes estrellas del cine norteamericano como el siempre recordado actor George Raft (1895 – 1980) y el diálogo sería todo en aquel idioma. Gardel había comprado un manual y estudiaba a fondo con la invalorable ayuda de Plaja, para desenvolverse por lo menos aceptablemente hablando inglés.
Además Plaja conocía a Gardel en la parte humana, en la artística, en la creativa, en sus proyectos, sueños y esperanzas. También brinda información de primera mano de lo que sucedía la tarde trágica del 24 de Junio de 1935 de Medellín, desvirtuando lo que por muchos años se ha querido imponer como una realidad, como ser una discusión entre Gardel y Le Pera dentro del avión, que Gardel mantenía un entredicho con el piloto Samper Mendoza por una dama colombiana disparando el cantor una bala que acaba con la vida de quien comandaba la aeronave, que el avión iba con exceso de peso, que Gardel había sobrevivido al accidente, todas estas fantasías.
Quienes se han dedicado a brindar una imagen, real, honesta, verídica, de la trayectoria del Morocho del Abasto sabemos muy bien que Gardel y Le Pera se llevaban muy bien, que Gardel nunca había visto en toda su vida al piloto y propietario de la línea aérea S.A.C.O. Sociedad Aérea Colombiana, señor Ernesto Samper Mendoza, según el acta oficial del levantamiento de los cadáveres en la pista del Aeropuerto Olaya Herrera, el cuerpo de Carlos Gardel fue reconocido sin dificultad alguna, por su rostro que quedó protegido del fuego ya que fallecía estando boca abajo, además por su inconfundible dentadura, por el pasaporte semiquemado y un llavero con la dirección de su casa en Buenos Aires, Jean Jaurés 735.
El cuerpo fue embalsamado y cuando llega a la Argentina en Febrero de 1936, es cambiado de ataúd por estar deteriorado dado el largo viaje en barco, Colombia, Estados Unidos, Uruguay y finalmente a Buenos Aires, antes del velatorio en el Luna Park.
Y lo dice Canaro en su libro de memorias «Mis cincuenta años con el tango (1956)» «al realizar el traslado del cuerpo de Gardel de un féretro al otro pudimos reconocer sin dificultad alguna a nuestro inolvidable amigo y artista Carlos Gardel.»
Textos: Alfredo Carlos Dighiero
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