Tristán e Isolda
Acción en 3 actos.
Texto y música de Richard Wagner.
Estreno mundial: Teatro de la Ópera de la Corte de Munich, 10 de junio de 1865.
07.07.2025 | tiempo de lectura: 2 minutos

A partir de 1865 con Tristán e Isolda Wagner cambió por completo el curso del arte lírico tal como se conocía hasta ese momento.
En su nuevo tipo de Arte, la textura sinfónica y las líneas vocales forman una unidad compacta e inseparable con el texto, algo jamás visto hasta ese momento.
El drama, presentado en forma consciente por el texto, también de su propia pluma, continúa en un nivel más profundo y subconsciente en la orquesta mediante comentarios musicales y el empleo de los llamados motivos conductores, que expresan situaciones, estados de ánimo, cualidades, y muchas otras cosas.
En 1854, inspirado por el amor profesado hacia Mathilde Wesendonck, Wagner concibió la idea de componer su nuevo drama dentro de sus revolucionarios parámetros, inspirado por la leyenda de Tristán e Isolda, y comenzó la composición del primer acto a partir de 1857.
Si bien considerándolo un DRAMA MUSICAL y NUNCA UNA OPERA, por favor presten mucha atención a esta importantísima definición de conceptos, para TRISTAN UND ISOLDE Wagner mismo denominó al poema o libreto empleando el simple término de HANDLUNG, es decir: ACCION.
Además de haber utilizado a Gottfried de Strassbourg como plataforma de partida, Wagner impregnó a su nuevo drama musical con la influencia que el filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) había ejercido sobre él para aquel entonces.
Abogando un total pesimismo y renunciamiento de la vida como la percibimos sensorialmente, la filosofía de Schopenhauer, continuadora de la de Platón y de la de Immanuel Kant, atrajo profundamente a Wagner por sus raíces en las enseñanzas espirituales orientales, en especial el budismo.
De esta manera, TRISTAN E ISOLDA expresa tan sólo un mínimo de acción física, mientras que el drama se desarrolla internamente en las emociones y en los espíritus de los protagonistas.
Es un drama acerca del amor, pero no sólo como deseo romántico, sino de un amor que expresa la felicidad renunciando a la vida, anulando al ser a favor de la redención absoluta, obtenida en un mundo maravilloso, el mundo de la noche mística, al que abandonamos al entrar en esta vida.
SPAS WENKOFF, a quién el autor de éste programa conociera personalmente, es el último de los cantantes wagnerianos con un legítimo derecho a reclamar la categoría de genuino Helednetenor wagneriano ya que hay día dicha cuerda se halla completamente extinguida.