Ollas y merenderos: informe detectó 451 iniciativas en 2025, el 64 % en Montevideo
Casi tres de cada diez comenzaron antes de 2020
16.12.2025 | tiempo de lectura: 2 minutos
El Tercer relevamiento de ollas y merenderos populares (OMPs), realizado en 2025, identificó 415 iniciativas activas en todo el país, confirmando que estas experiencias ya no son una respuesta coyuntural a la pandemia, sino estructuras barriales consolidadas: casi tres de cada diez comenzaron antes de 2020.
En los últimos cinco años se registró una fuerte reducción en los números: las iniciativas pasaron de 645 en 2020 a 415 en 2025 (35% menos), las personas organizadoras bajaron de 6.100 a 2.738 (–55%) y las porciones semanales servidas cayeron 66%, de más de 500 mil a 173.555.
Sin embargo, el informe señala que, pese a la caída en recursos humanos y materiales, las OMPs priorizan sostener los espacios como puntos de encuentro y organización comunitaria.
En ese sentido, creció la diversidad de actividades que se realizan más allá de la alimentación. En 2025, el 93% de las iniciativas desarrolla al menos una acción adicional —recreativa, cultural, educativa, deportiva o de orientación social—, frente al 84% registrado en 2022.
El relevamiento muestra además una creciente concentración territorial en Montevideo, donde se ubica el 64% de las OMPs, y confirma la fuerte feminización del trabajo comunitario: el 72% de las personas organizadoras son mujeres. A su vez, el 40% de las experiencias articula con otras ollas y merenderos, a través de redes o colaboraciones directas.
Otra tendencia consolidada es el aumento de los merenderos. El 85% de las iniciativas ofrece merienda, aunque más de la mitad mantiene la preparación de plato caliente. En cuanto al perfil organizativo, las iniciativas vecinales y familiares siguen siendo mayoría (59%), pero crecen las impulsadas por instituciones religiosas (21%) y clubes deportivos (12%).
También se observa un mayor peso del Estado como proveedor de insumos: el 91% de las OMPs recibe algún tipo de apoyo estatal, aunque persiste una fuerte trama de sostén local, con aportes propios, donantes particulares, vecinos y comercios.
Respecto a la población atendida, los merenderos se orientan principalmente a niñas, niños y adolescentes, mientras que las ollas reciben a un público más diverso, que incluye personas mayores, trabajadores informales, familias en situación de pobreza y personas en situación de calle.
Entre las principales dificultades, las iniciativas señalan la falta de insumos para cocinar, apoyo técnico y psicosocial, combustible y espacios adecuados.