Al menos 120 estados de la ONU se comprometen a apoyar la membresía plena de Palestina
La resolución se enfrenta al probable veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad
03.04.2024 | tiempo de lectura: 4 minutos
Ciento veinte Estados miembro de la ONU (de un total de 193) se han comprometido a apoyar la membresía plena de Palestina, que la misión diplomática palestina presentó el martes formalmente con la intención de que el proceso tenga lugar este mes de abril.
Los 120 países representan a tres grupos (el árabe, el musulmán y el de los países no alineados), y han redactado una carta conjunta enviada a los distintos organismos de la ONU que participan en el proceso: el secretario general, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General.
En ella, los 120 firmantes apoyan que se retome el proceso que comenzó en 2011 -fecha en que Palestina pidió por primera vez su admisión- y que el Consejo de Seguridad proceda a realizar esta petición a la Asamblea General.
La carta no hace alusión al derecho de veto que previsiblemente utilizará Estados Unidos para bloquear el proceso, un veto que se da por hecho, aunque Washington no lo haya confirmado de manera expresa desde que el lunes se conoció la intención de Palestina de relanzar ese proceso.
Los firmantes recuerdan que en el mundo son ya 140 países los que reconocen el Estado de Palestina.
Por su parte, la presidenta de turno del Consejo, la maltesa Vanessa Frazier, dijo hoy que recibió la carta de Palestina y que la hizo circular entre los quince miembros del Consejo, pero no puso una fecha para tratar el tema.
Sin embargo, se cree que el día 18 de abril, cuando el Consejo se reúne para tratar de forma periódica «la cuestión palestina», acudan a Nueva York numerosos ministros árabes para impulsar ese reconocimiento de Palestina.
No se descarta que a esa cita pueda acudir también el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, tras las manifestaciones del presidente de España, Pedro Sánchez, de avanzar en el reconocimiento del estado palestino, junto a algunos países europeos y a falta de una postura común de la UE al respecto.
El largo camino para la membresía plena
La petición de Palestina para convertirse en el Estado número 194 de Naciones Unidas podría seguir los pasos relativamente rápidos de otros Estados que se han incorporado a la ONU a lo largo del siglo XXI, pero en su caso se enfrenta al probable veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad.
Los últimos Estados miembros
El Estado más reciente en tomar asiento en la ONU como miembro de pleno derecho fue Sudán del Sur, que en 2011 se separó de Sudán tras un acuerdo amistoso. Su incorporación a la ONU se hizo por aclamación el 14 de julio de ese año, solo una semana después de su declaración de independencia.
En 2006, Montenegro, otro Estado surgido del desmembramiento de la antigua Yugoslavia, se separó tras un referéndum popular del último resto que quedaba de aquella federación y proclamó su independencia de Serbia. El referéndum tuvo lugar el 3 de junio y el 28 de ese mismo mes el estado fue admitido en la ONU.
Y 2002 fue un año muy especial porque la ONU acogió a dos miembros: Suiza lo hizo en septiembre, poniendo así fin a una anomalía que hacía que acogiera a numerosos organismos internacionales pero no se sentara en la ONU en aras de un principio de neutralidad inscrito en su ADN.
Mucho más traumático fue el caos de Timor Leste, que también fue admitido en septiembre de 2002. El nuevo país asiático, excolonia portuguesa, vivió 24 años de ocupación y resistencia contra Indonesia y luego casi tres años de administración tutelada de la ONU, pero su entrada en Naciones Unidas fue aprobada por unanimidad de la Asamblea.
El intento previo de Palestina
En 2011, Palestina presentó por vez primera su petición formal para entrar en Naciones Unidas, pero el procedimiento encalló en su primera etapa: no consiguió el apoyo de 9 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad (es decir, la mayoría cualificada), por lo que esa petición no llegó a la Asamblea General, segunda etapa del proceso.
Palestina tuvo que conformarse con adquirir el estatus de «estado observador», una anomalía que en Naciones Unidas solo tiene el Vaticano, que ni siquiera es considerado un país con atributos propios.
Palestina obtuvo en la Asamblea General 138 votos a favor de su nuevo estatus de observador, mientras que 9 votaron en contra (entre ellos Israel, EE.UU. y Canadá) y 41 se abstuvieron.
Nueva arremetida diplomática
Es previsible que Palestina no lo tenga tan fácil como lo tuvieron Sudán del Sur, Montenegro o Suiza, y todos los observadores dan por hecho que Washington utilizará la herramienta del veto en el Consejo de Seguridad que es la instancia donde empieza y termina el proceso de incorporación.
Según la carta de la ONU, la petición de un nuevo Estado pasa obligatoriamente por las siguientes etapas: se formula ante el Consejo de Seguridad, que nombra a un comité ad hoc para estudiarla formado por los quince miembros, y si el comité la aprueba, el Consejo valora entonces si se trata de «un estado amante de la paz» (artículo 60), en cuyo caso envía el tema a la Asamblea General.
En la Asamblea, se necesitan los votos de dos tercios de los Estados miembros para continuar adelante, y si así sucede, la decisión final regresa al Consejo de Seguridad.
Estados Unidos, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, tiene derecho a vetar el proceso en cualquier momento -en 2011 amenazó con hacerlo, pero no lo necesitó-, y pocos dudan de que también en esta ocasión lo utilice.
Si así sucede, el sueño de Palestina se habrá quedado en el camino.
Pero algo ha cambiado desde 2011: ahora, cada vez que un miembro permanente usa el derecho de veto, la cuestión llega a la Asamblea General, donde ese país debe explicar su postura y someterse a una votación no vinculante.
En la actual coyuntura, Estados Unidos volverá a quedar en evidencia frente a una amplísima mayoría de Estados que previsiblemente apoyarán la membresía palestina.
Texto y foto: EFE