El estigma de los refugiados de Guantánamo

Partió hacia Turquía el último exdetenido de Guantánamo que se encontraba en Uruguay

05.09.2022 | tiempo de lectura: 2 minutos

La partida del último exdetenido de Guantánano que se encontraba en Uruguay hacia Turquía, fue el disparador para dialogar con Diana Cariboni, autora de Guantánamo entre nosotros.

La periodista y escritora Diana Cariboni dialogó en Justos y Pecadores a propósito de último refugiado que había llegado al país y se fue, hace unos días, a Turquía.

Autora de Guantánamo entre nosotros: Uruguay, EEUU y la aventura de un prisionero de la guerra al terrorismo (Editorial Debate), la autora hizo un racconto de lo ocurrido en Uruguay y de la situación de la cárcel de Guantánamo, donde quedan unos 40 detenidos.

“El hecho de que estemos hablando sobre si seis personas son problemáticas o no, de alguna manera indica el tono, el contenido y el estigma con el cual los exdetenidos de Guantánamo salieron y se fueron desparramando por distintos lugares del mundo”, señaló la autora.

Cariboni recordó que status de refugiados fue una de los primeros cuestionamientos.

“Es decir el Uruguay los acogió y trató de enmarcar su llegada en la ley de refugio que existe en este país, pero las condiciones para que una persona sea refugiada indican que tiene que huir de un país donde estaba perseguido. Y no hay ningún antecedente de que esa condición se ve cuando uno está en la cárcel militar e ilegal. Repudiada incluso por el gobierno que la creó. Esa cárcel fue abierta por Estados Unidos en 2003. El propio Barak Obama luego la criticaría. Recordemos que ahí no se respetan no los convenios de Ginebra, ni los Derechos Humanos, ni el tratamiento de prisioneros de guerra. Tampoco se respeta el debido proceso que rige en Estados Unidos. Guantámano era un agujero legal, jurídico y políticio, y aún lo sigue siendo. Hoy hay menos de cuarenta prisioneros”, explicó.

En cuanto a los seis exdetenidos que llegaron a Uruguay, sostuvo que estuvieron detenidos durante años, sin pruebas formales, algunos de ellos fueron torturados severamente en las cárceles secretas de la CIA.

“Toda la prueba está contaminada por este fenómeno. Ningún tribunal normal de Estados Unidos aceptaría un juicio en estas condiciones militares que funcionan en Guantánamo”, agregó.

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