El liderazgo de Lacalle Pou
Por Alfonso Lessa
04.03.2022 | tiempo de lectura: 3 minutos
El gobierno presidido por Luis Lacalle Pou cumplió dos años motivo por el cual el mandatario compareció en el Parlamento con un discurso muy elogiado por propios y criticado por el Frente Amplio, en particular por temas económicos.
Nada extraño, lo esperable.
Lo de siempre, gobierne quien gobierne.
Eso sí, fue una sesión respetuosa por parte de todas y todos quienes estaban en sala, más allá de la ausencia de un aplauso final de la oposición que hubiera significado un gesto destacable y no una actitud de conformismo. Una vez más, de todos modos, fue un signo democrático que por habitual en Uruguay no puede ignorarse.
Se discute sobre el cumplimiento de sus promesas electorales o los incumplimientos que argumenta la oposición.
Cualquier juicio, en todo caso, no debería dejar de lado el hecho de que este periodo estuvo tamizado por un factor extraordinario que ha provocado catástrofes en todo el mundo: la pandemia.
Las discusiones, sin embargo, están dejando de lado, o no dejan ver, dos aspectos cruciales: 1) que Lacalle Pou consolidó en este periodo un liderazgo político sólido reconocido en su gestión por propios y ajenos y que se refleja en todas las encuestas;
2) y que en ese sentido ha logrado mantener unida una coalición heterogénea y estable más allá de diferencias razonables que seguramente se profundizarán en el futuro, en la medida sobre todo que se acerquen los tiempos electorales.
La coalición, además, se construyó en base a acuerdos puntuales que nadie ha desconocido. Y ha ido bastante más allá.
Hubo un tiempo en el que Lacalle Pou fue subestimado por sus adversarios y seguramente ese fue uno de los varios errores que costaron la elección al Frente.
La realidad, sin embargo, fue consolidando y proyectando su figura, en algún momento -sobre el final de su vida- destacada por el propio Tabaré Vázquez.
A veces las elecciones nacionales y las presidencias sirven para consolidar liderazgos, para proyectar liderazgos o hasta para crear liderazgos. A veces no. Incluso a veces ocurre lo contrario.
El Frente vivió esos procesos de distinto modo con el general Seregni, con Tabaré Vázquez y con José Mujica.
Los colorados han tenido de unas y otras, pero en los casos de Sanguinetti y Jorge Batlle -de ya larga trayectoria cuando llegaron al gobierno- sus presidencias reforzaron sus figuras, aún en crisis como la vivida por el líder de la 15.
El Partido Nacional estaba en los últimos años sin un liderazgo claro, dividido en al menos dos o tres sectores que tenían sus propios referentes.
La gestión y la postura de Lacalle Pou, sin embargo, ha unido a los blancos y se constituye hoy en un líder indiscutido. De algún modo le gestión y actitud del fallecido ministro de Interior, Jorge Larrañaga, colaboró en este proceso.
Comienza el tercer año de gobierno, normalmente considerado el tiempo clave en un periodo de cinco años. Se estima que aquello que no se logró concretar en tres años difícilmente se pueda realizar después. Esta ocasión, sin embargo, existen dos nuevas variables: la ya mencionada pandemia, lo que hace difícil una comparación con lo vivido por otros gobiernos. Y la guerra desatada por la invasión de Rusia a Ucrania con todos sus efectos.
Como también constituye un reto diferente el mantenimiento de la coalición multicolor creada para dar sustento al gobierno, como se indicó, en algunos puntos concretos.
El semanario Búsqueda en su edición del jueves 3 tituló una de sus notas: “tercer año de gobierno se inicia con casi todos los motores de la economía activados, mejora fiscal e inflación desalineada”, un tema este que resulta un reto especial.
Los cuestionamientos por el manejo de la pandemia ya no constituyen tema de debate y la seguridad en su conjunto muestra mejorías claras. Dos asuntos en los que la oposición buscó golpear y sin embargo se transformaron en capitales del gobierno.
Es decir que el presidente, con más del 50 % de apoyo en todas las encuestas y menos del 25 % de cuestionamientos, tiene terreno fértil.
El referéndum del 27 de noviembre, obviamente, constituye el más importante desafío inmediato para el gobierno de Lacalle Pou. Es muy importante desde varios puntos de vista pero tampoco resultará, en principio, la vida o muerte para nadie.