El Maracanazo 75 años después
Así lo recuerdan familiares de dos de los protagonistas de aquella gloriosa tarde
16.07.2025 | tiempo de lectura: 3 minutos

¿Cuántas personas silenciaron el estadio Maracaná de Río de Janeiro? El uruguayo Alcides Edgardo Ghiggia decía que solo tres: el papa, Frank Sinatra y él.
Con su gol, la Celeste selló la remontada por 1-2 frente a Brasil y el 16 de julio de 1950 escribió una de las páginas más importantes en la historia del fútbol al concretar el 'Maracanazo'.
Fue ante casi 200.000 personas en un partido que dejó consecuencias de todo tipo en ambos países y que llevó a Pelé a confesar que ese día vio a su padre llorar por primera vez.
¡Tu padre le ganó a los brasileños!
Arcadio Ghiggia era solo un niño cuando su familia regresó de Italia, donde él había nacido. Entre 1954 y 1962 Alcides defendió allí los colores de Roma y Milán.
"¡Tu padre le ganó a los brasileños!", le decían sus compañeros de la escuela en la que retomó sus estudios cuando llegó al país sudamericano. Él no entendía nada.
"Yo no sabía que era un Mundial, ni que era Maracaná. Cuando fui a casa hablé con mamá, ella me sonrió y me dijo: Hablalo con tu padre que te lo va a explicar mejor", recuerda Arcadio en una entrevista con la Agencia EFE.
"Fue un partido de fútbol en el que hice un gol y se ganó", le respondió el héroe del 'Maracanazo' y no le dijo más nada. Con el tiempo habló muchísimo más de ese tema con su padre, a quien define como una persona muy jovial, muy sincera y muy cariñosa.
Arcadio asegura que ser hijo de Alcides Edgardo Ghiggia es fácil por un lado: "Lo llevas como un estandarte y un orgullo por el padre que tuviste en la parte deportiva y también en la parte familiar (...) Yo nunca lo llevé como un peso, al contrario, orgulloso de ser hijo de quien fue una leyenda del fútbol mundial".
No obstante, reconoce lo difícil que es situaciones como -por ejemplo- cuando se practica el mismo deporte y de inmediato aparecen las comparaciones.
El libro de Schiaffino
Antes de que Ghiggia remontara el encuentro a los 79 minutos, Juan Alberto Schiaffino había marcado el empate para Uruguay a los 66 de tiempo corrido. En varias oportunidades, el futbolista reconoció que no había querido poner el balón en el lugar en el que ingresó, sino que había querido rematar al otro poste.
Raúl Schiaffino, su sobrino, escuchó muchísimas veces esa anécdota e indica en una entrevista con la Agencia EFE que su tío era un hombre "muy honesto y muy apegado a la verdad". También lo recuerda como una persona sumamente metódica, ordenada, puntual y sistemática.
Reconoce que ser familiar de uno de los héroes del 'Maracanazo' fue en algún punto "muy difícil" y recuerda que cuando era niño e iba a jugar al fútbol sentía la presión de todas las personas que sabían quién era. "Yo no jugaba mal, pero tampoco me destacaba. Esa presión la sentí y evité en varias oportunidades jugar al fútbol", dice.
También recuerda que era muy chico cuando Juan Alberto retornó de Italia, donde en el período 1954-1962 defendió a Milán y Roma.
"En la medida que fue pasando el tiempo me fui dando cuenta de la magnitud de lo que había sido el Maracaná y de lo que había sido su trayectoria", sostiene Raúl, quien siendo un niño pensaba su tío llegaría a ser famoso gracias a un libro que estaba escribiendo.
Juan Alberto comenzó a trabajar en ese manuscrito tras el final de su carrera como futbolista y concluyó una primera parte en 1974. Luego le agregó análisis de los distintos Mundiales que se jugaron y llegó hasta el que se disputó en España en el año 1982.
Publicado recién en 2024, el libro 'La memoria de Schiaffino' cuenta varios detalles del Mundial de 1950 y del último partido de ese torneo.
Un 'Maracanazo'
Tanto Arcadio Ghiggia como Raúl Schiaffino no tienen dudas en garantizar que el 'Maracanazo' es mucho más que un partido de fútbol. En Uruguay, el término trasciende a ese deporte.
Arcardio aprendió con su padre que es "de lo imposible hacer lo posible". Agrega que lo ocurrido hace 75 años es también "el milagro hecho realidad".
Raúl asegura que Maracaná significa mucho. "Maracaná es sinónimo de lo se puede hacer trabajando en equipo y teniendo una actitud impresionante como han tenido todos y cada uno de los jugadores", apunta.
Y añade: "Pasó a ser un verbo. Ya lo hemos adoptado de esa manera y creo que va mucho más allá de lo que es la sociedad uruguaya. En el mundo entero conocen lo que es el 'Maracanazo'.
Santiago Carbone para EFE