El periodista Alfredo Carlos Dighiero recuerda a José Razzano a 64 años de su muerte

Dirección: Dra. María Magdalena Dighiero
Remasterización: Horacio Malnero

04.05.2024 | tiempo de lectura: 3 minutos

El 30 de abril de 1960 se apagaba la vida de nuestro compatriota José Razzano integrante del famoso dúo con Carlos Gardel conocido como » el morocho » Carlos Gardel  y  José Razzano «el oriental». Había nacido el 25 de febrero de 1887 en la calle policía vieja cercana a la actual peatonal sarandí en pleno corazón de la ciudad vieja, Montevideo.

De corta edad llega a Buenos aires donde transcurriría toda su existencia, su vínculo con el mago sería en 1911 en la casa de un pianista llamado Gigena por el mercado de abasto, allí se encontrarían y allí nacía el luego famoso dueto,  pasarían dos años muy difíciles en que la suerte no les iba a sonreír viajan por casi todo el interior de la Argentina, formando un terceto con Francisco Martino y un cuarteto cuando se sumaba Saul Salinas pero sería recién  en diciembre de 1913 cuando se presentaban en el famoso local del  Armenonville. De allí pasarían desde el 08/01/1914 al Teatro Nacional de la calle Corrientes la angosta todavía Uruguay  los convocaba debutando en el Teatro Royal, muy cerca donde había nacido José «pepe» Razzano el 18 de junio de 1915 con un éxito total.

Meses después viajarían a Brasil actuando en Río de Janeiro por aquella época, en 1917 irían a Chile con sendas presentaciones en Santiago,  Viña del Mar y Valparaíso ese año de 1917 comenzaban a grabar para los discos nacional- Odeón 09/04/1917 comenzaban con «cantar   eterno» de Villoldo, en ese tiempo contrataban al moreno guitarrista y compositor José Ricardo por 1920/21 ingresaba el segundo guitarrista Guillermo Desiderio Barbieri su actividad se desarrollaba en las dos márgenes del plata con prolongadas temporadas donde se alternaban las actuaciones del dueto con un nutrido repertorio de canciones camperas y Gardel como solista en un selecto repertorio de tangos.

En 1923 viajan juntos a Europa por primera y única vez debutando el 10/12/1923 en el Teatro Apolo de Madrid como fin de fiesta de la celebrada compañía teatral de Enrique de Rosas y su esposa en la vida real Matilde Rivera. Un suceso rotundo pasando el 08/01/1924 al Teatro Price también de Madrid. Una vez culminada esa histórica temporada Gardel y Razzano viajan a París quedando deslumbrados ante la belleza de la ciudad luz, luego el regreso a Buenos Aires donde continuarían actuando con muy buen suceso Gardel con su voz abaritonada Razzano tenorino canta en Buenos Aires ante el futuro rey de Inglaterra y la noche del 30/09/1925 en la ciudad de Rafaela

Pepe lo encara a Carlos y le dice mira hermano el canto se acabó para mí, el oriental sufría frecuentes afonías decidiendo con sumo dolor dejar el canto. Gardel le pide que se trate con el mejor profesional  médico, así lo hacía llegando a operarse, pero ya no volvería a cantar por lo menos como antes. Así se disuelve el dueto, Gardel vuelve a Europa ya como solista y  lo nombra su apoderado general y deposita toda su confianza en él.

El 31/12/1929  Gardel se encuentra por la calle con pepe y lo ve triste y le dice vení hermano que yo voy a grabar a la Odeon y vamos a hacer algo juntos. Así por última vez unirían sus voces para el disco con dos obras muy bonitas, Claveles  mendocinos y  Serrana  impía. Por 1932 se diluye  la amistad, pasan varias cosas que los distancia y en 1933 revoca aquel contrato de 1925  y  lo nombra como apoderado general al Sr. Armando Delfino que ejercería esa función hasta la tragedia de Medellín, al fallecer Gardel en su testamento redactado el 07/11/1933 nombra como hereda universal a su querida madre la señora Bertha Gardes y al fallecimiento de ella el 07/07/1943  la Sra. Bertha Gardes lega esos bienes al Sr. Delfino dos años más tarde en 1945 el Sr Delfino le cede por $ 30.000 argentinos los derechos a Razzano quien los usufructúa  hasta su propia muerte, pasando luego a sus hijas, las Sras. Cristina y Josefina Razzano.  Los últimos años de Razzano los dedicaba a conceder entrevistas y reunirse con sus amigos en los más tradicionales lugares de Buenos Aires.

Integrante de S.A.D.A.I.C. llegaba a ser muy amigo de Troilo, Cadícamo, Cátulo Castillo, Enrique Santos  Discépolo, Lomutto, Charlo, Canaro y Pintín Castellanos entre varios más.

Tuve la gran dicha de entrevistar  y grabar  varios reportajes a sus dos hijas anteriormente mencionadas repasando con ellas muchos entretelones de la vida de su señor padre, recuerdo entre varias estas palabras de pepe  miren hijas mías yo debí haberme muerto con Gardel en Medellín todo este tiempo lo estoy viviendo de más».

Más allá de aquel distanciamiento Razzano lo siguió recordando a Gardel como un hermano sin duda que desde hace hoy 64 años Razzano está junto con Gardel en algún lugar del firmamento celeste cantando como en los viejos tiempos aquella clásica cueca que lleva por título «La yeguecita» y como el propio Razzano diría en un disco especial grabado en 1959 que lindo es recordar aquellos tiempos él era el morocho  y  yo el oriental somos nosotros dos cantando  la yeguecita y abriendo cancha a estos recuerdos que pueden más que el tiempo y que la muerte!!!!!! «

Textos: Alfredo Carlos Dighiero

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