El periodista Alfredo Carlos Dighiero recuerda a Libertad Lamarque
Dirección: Dra. María Magdalena Dighiero
Remasterización: Horacio Malnero
25.12.2022 | tiempo de lectura: < 1 minuto
En 1923, Lamarque le envió una carta a pedido de su padre al empresario teatral Pascual Carcavallo, propietario del Teatro El Nacional. En la misma, se ofrecía como actriz y exigía 500 pesos de salario mensuales en caso de contrato. Años después, Carcavallo comentó que cuando leyó la carta pensó esta chica está loca o es alguien.
Decidió contratarla por un año bajo un contrato de 300 pesos, en los últimos meses de 1924, Lamarque se trasladó con su madre desde Rosario a una vivienda de la calle Corrientes 1262 y realizó su debut en el Teatro El Nacional como extra y corista en la obra El dueño del pueblo, de Julio Sánchez , el contrato se extendió a cuatro años y llegó a participar en cerca de quince obras representadas en El Nacional, entre ellas Tucumancito, El botonazo y El gaucho negro, en muchas de las cuales obtuvo el papel de damita joven.
Carcavallo le financió clases de teatro a ella y a varios integrantes del elenco y, tras oír su interpretación del tango Tanita de la proa vestida de marinero, le solicitó a Lamarque que cantara Mocosita por recomendación de Salvador Merico y Olinda Bozán, cuyo estreno en la obra La Porota recibió un rotundo éxito. Al mismo tiempo, incorporó otros tangos a su repertorio como Tatuaje, Pato, La cumparsita, Langosta y El ciruja.
En 1925, Libertad Lamarque fue seleccionada para intervenir en la obra Fruta picada con Florencio Parravicini, que se estrenó a modo de agasajo para el príncipe de Gales con ocasión de su visita a la Argentina.
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