El periodista Alfredo Carlos Dighiero recuerda a Rosanna Falasca

Dirección: Dra. María Magdalena Dighiero
Remasterización: Horacio Malnero

20.01.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos

El periodista Alfredo Carlos Dighiero recuerda  dentro de las nuevas generaciones del tango a la cancionista y actriz Rosanna Falasca (27/04/1953 – 20/02/1983) República Argentina, quien en su breve paso llegaría a ser una de las figuras de mayor destaque en el mundo del espectáculo con las presentaciones televisivas en el programa «Grandes valores del tango» que la llevarían a la consagración definitiva. 

El 01/09/1969 era el día marcado para su debut, en aquel entonces el conductor de grandes valores era Juan Carlos Thorry, tiempo más tarde llegaría Silvio Soldán, era tal el suceso de Rosana que esa misma noche quedaba contratada. De ahí en más se inicia una febril carrera que la lleva por todo su país natal, grabaciones de discos, actuaciones en las más importantes radios, cines y teatros, e iniciando giras por el exterior a países hermanos como ser Brasil, Chile, Venezuela y Uruguay entre otros.

 El cine la requiere y filma varias películas que obtienen de inmediato enorme suceso quizás la de más popularidad «Arriba juventud» Fue respalda entre otras importantes orquestas por las de Luis Stazzo y Raúl Garello. Enorme admiradora de Carlos Gardel, manejo con sumo cuidado una parte muy importante del repertorio del zorzal criollo tanto en las actuaciones en vivo como en los registros discográficos.

Dighiero tuvo el  honor de que en enero de 1981 lo recibiera en la casa paterna donde vivía junto a toda su familia resguardando así para siempre su voz, recuerdos y emociones. Una persona encantadora, muy bonita y elegante, tenía un carisma muy especial y como era lógico tenía muchos proyectos en su vida profesional. Había quedado comprometida una segunda entrevista tiempo después para ir actualizando toda su importante actividad artística.

A fines de 1982, llegaban los trascendidos de que Rosana Falasca estaba afectada de una enfermedad incurable y así el 20/02/1983 sus ojos se cerraban y el mundo seguía andando.

Textos: Alfredo Carlos Dighiero

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