Fausto

de Charles Gounod

16.04.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos

Las conocidas leyendas del Doctor Faust medioeval amalgaman aspectos esotéricos, iniciáticos y hasta musicales, realizados por Johann Wolfgang von Goethe, primeramente con el Ur-Faust, o FAUSTO ORIGINAL en 1775, y luego con las dos partes de su inmortal tragedia, escritas en 1806 y 1832.

Es de esta última que el compositor Charles Gounod tomó su inspiración para la composición de otro clásico inmortal operístico, la ópera FAUST, que hasta el día de hoy sigue siendo representada en todos los escenarios del planeta.

Enfrentando el enorme desafío de musicalizar una obra que no solo por su contexto no admite ser puesta en música, sino que ya contiene su propia música, compuesta en forma críptica por el mismo Goethe, los libretistas de Gounod Barbier y Carré se vieron ante la gran responsabilidad de despojar de su contenido espiritual a una de las obras filosóficas más importantes de la humanidad, para transformarla en un libreto operístico de acción directa e inmediata.

No obstante, en su forma original, concebida como Opéra Comique, FAUST de Charles Gounod no fue aceptada por la Ópera de París, por desavenencias entre el compositor y el director del teatro, Leon Carvalho.

Luego de la primera presentación de la ópera en Estrasburgo, el compositor modificó considerablemente la partitura, dando comienzo por poner en música a los pasajes hablados en forma de recitativos.

Con estos nuevos cambios, la ópera volvió a presentarse en París en 1862, esta vez sellando su ascendiente e indetenible carrera.

Una tercera y definitiva versión, presentada en el Teatro Lírico de París en 1869  incluyó el extenso ballet del quinto acto La Noche de Walpurgis, la cual según la opinión del director orquestal John Mattheson no pertenece a Gounod, sino que probablemente fuera escrita por Léo Délibes o Camille Saint-Saens por encargo directo del compositor.

Sin embargo, el lirismo característico de la mano de Gounod sumado a su profundo respeto por la música religiosa, hicieron de FAUST una absoluta obra maestra desde el punto de vista musical, si bien todo su contenido esotérico y mágico quedaron perdidos en la adaptación, por lo que muchos consideran a esta ópera como una creación superflua.

Mayores detalles de los aspectos musicales de la ópera serán revelados a lo largo del desarrollo de la sinopsis argumental de la misma.

Se trata de una antológica grabación realizada en estudio en el año 1963  que nos presenta a la inmortal pareja de cantantes líricos canadienses integrada por el tenor de Québec  LÉOPOLD SIMONEAU y su esposa la soprano PIERRETTE ALAIRE en los roles protagónicos.