La aventura humana espacial: ¿qué sabemos y qué no sabemos hacer en el espacio?
Columna de Carlos Vera
29.06.2022 | tiempo de lectura: < 1 minuto
En las “volteretas” científicas y tecnológicas que andamos dando los humanos por el espacio del sistema solar, ¿qué hemos aprendido?, ¿en qué hemos evolucionado?
Cuando Neil Armstrong puso su pie en la superficie lunar, el 20 de julio de 1969, pronunció una célebre y frecuentemente repetida frase: «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad», daba exactamente la dimensión de los eventos espaciales que desde el primer homínido que miraba hacia su espacio exterior hasta incluso lo que hoy día estamos haciendo.
Además de la construcción de telescopio en 1608 por Hans Lippershey (Países Bajos) y del telescopio perfeccionado de Galileo Galilei (1609) la evolución de la Humanidad en el Espacio nos permitió usar cabalmente las conocidas Leyes de Newton del movimiento (inercia, aceleración, acción-reacción), hemos aprendido a usar “el tirón gravitacional” de los planetas, ejecutar recorridos simples en el espacio, llegar a otros planetas y asteroides, posarnos y movernos sobre otros planetas, incluso desarrollar una estrategia de defensa contra asteroides en potenciales trayectorias de colisión con el planeta.
Sabemos: telecomunicarnos en el espacio, mirar y escuchar lejos, cultivar y cosechar plantas, producir nuevos materiales livianos y resistentes, conservar alimentos, miniaturizar, proveernos de agua, viajar lejos, ensamblar (“construir”) en el espacio y hasta “terraformar” a escala diminuta.
Pero aún no sabemos: hacer maniobras finas y repentinas, procrear humanos, movernos a velocidades mayores a 63.000 km/h, entre otras cosas. Esto hace que lo que hemos aprendido, aunque parezca inmenso, sea sólo una ínfima parte de lo que necesitamos para dar el siguiente salto en la Escala de Kardashov: la exploración espacial.
Viajero de la Ciencia, columna de Carlos Vera en Justos y Pecadores: