Lo que se juega el domingo 27

Por Alfonso Lessa

21.03.2022 | tiempo de lectura: 3 minutos

La respuesta más obvia y sencilla a la pregunta del título es que en el referéndum se juegan los artículos impugnados por el Pit Cnt y el Frente Amplio a la Ley de Urgente Consideración (LUC). Pero en realidad hay bastante más en juego que un No o un Sí a un conjunto de normas sobre temas diversos.

Y a eso se puede agregar desde lo evidente, que el mantenimiento de dichos artículos no implicaría lo mismo que su eventual derogación. En particular, por supuesto, para el gobierno, aunque seguramente en algunos de los temas buscará otras vías legales para llevar adelante sus planes.

Y aunque está en juego bastante más que la permanencia de esos artículos -aunque puede parecer paradójico- en principio parece razonable quitarle dramatismo a este episodio: es muy importante, pero no es de vida o muerte.

Lo dijo la semana pasada el expresidente José Mujica en el programa En Perspectiva con Emiliano Cotelo: se le ha dado una “importancia desmesurada”. “Hay un razonamiento en blanco y negro. Y la vida no es blanco ni negro” agregó Mujica, además de hacer un llamado para priorizar la estabilidad del país.

¿Qué es lo que está en juego más allá de los artículos en sí mismos? Lo que está en el fondo, claramente, es una pulsada del Frente Amplio con el oficialismo. Se ha tratado de negar varias veces y todavía hay dirigentes que promueven la derogación que reafirman que no se trata de una votación contra el gobierno, sino solamente contra artículos que consideran negativos.

Pero cada vez queda más claro, tanto en el contenido del discurso como en aspectos de la propaganda, que en el fondo es un movimiento político partidario con varios objetivos: medir fuerzas, tratar de desgastar al gobierno y amalgamar a la coalición de izquierda luego de la derrota de 2019. También lo reconoció Mujica: “esta campaña también es un ejercicio y una puesta a punto de la maquinaria interna. Da una estatura real de nuestra fuerza y nuestras posibilidades Y nos multiplica la presencia en la propia sociedad”.

El referéndum es desde hace tiempo casi el único eje del discurso frentista y todos los temas que se plantean y critican tienen directa relación con la LUC. De paso, se ha aprovechado por quienes procuraron evitar la autocrítica profunda que han reclamado hombres como Danilo Astori.

Por supuesto, entonces, que hay una disputa política que va más allá del articulado entre oficialismo y oposición, con el sostén de organizaciones sociales.

Y que su resultado no será políticamente neutro. Y que la eventual derogación puede complicar planes del gobierno. Y que el triunfo del No, sería un nuevo golpe para la izquierda.

Pero también se juegan otras cosas: se juegan, por ejemplo, aspectos que tienen que ver con las respectivas internas del oficialismo y la oposición. En general la derrota no tiene padres. Nadie se quiere hacer responsable, pero siempre hay responsabilidades, aciertos y errores.

En el caso de los promotores de la derogación esto es particularmente sensible teniendo en cuenta que inicialmente hubo sectores que no quisieron promover la derogación. Y las firmas se obtuvieron luego de un gran trabajo militante.

Este es un caso muy particular, en tanto cerca del 20 o 25% de la gente sostiene en las encuestas, no sólo que no conoce la norma, sino que no le interesa el tema. Si el voto no fuera obligatorio, habría una abstención importante.

Ese dato resta peso al resultado y agrega incertidumbre, porque nadie puede saber con exactitud por qué terminarán votando lo que terminarán votando.

Un indicador podría ser la aprobación del presidente, muy alta para más de dos años de gobierno y en pandemia. La última encuesta de Cifra lo ubica en el 55% con la economía como pie más débil, pero aún allí tendría mayoría. Y con la seguridad como principal capital, un hueso duro de roer para los críticos.

Ese es en principio un indicador favorable para el No, pero de acuerdo a lo que indican las encuestas, ese solo dato no alcanzaría para hacer una predicción más o menos certera.

Resulta preocupante, sí, la cantidad de falsedades que se han manejado y manejan en la campaña. Se ha dicho que dirigentes que promueven el No lo han hecho, en particular en algún aspecto de la seguridad, pero resulta que en el caso del Sí, las afirmaciones erróneas o falsas se han incluido en ciertos casos en la propia propaganda oficial. El fin de semana pasado, por ejemplo, vehículos con parlantes insistían en que la gente podrá ser desalojada en pocos días; sin aclarar que eso referir a un nuevo sistema de alquileres pero que el tradicional sigue existiendo. Y hay actores y publicidades que empezaron a mezclar aspectos de la economía absolutamente ajenos a la LUC.

Habrá que esperar y es probable que en los días que quedan ocurran hechos que vuelquen votos en un sentido o en otro.

Y otra vez recurriendo a Mujica, el exmandatario señaló: “Pienso que no hay ningún cambio institucional de importancia. Y al otro día, el mundo sigue igual, con el mismo Poder Ejecutivo, el mismo Parlamento, los mismos intendentes”.