Los uruguayos consumen 90 kilos de carne al año

Entrevista al gerente de Estrategia e Innovación del Instituto Nacional de Carnes, Pablo Caputi

21.07.2023 | tiempo de lectura: 2 minutos

En Justos y pecadores entrevistamos a Pablo Caputi, gerente de Estrategia e Innovación del Instituto Nacional de Carnes (INAC), quien se refirió al aumento del consumo de pollo y cerdo (casi el 50% del total cárnico) y a la posibilidad de ingreso de carne sintética.

Caputi sostuvo que en Uruguay  se consume aproximadamente unos 90 kilogramos per cápita anualmente de todas las carnes. “Representa el doble de los que se esperaría para el nivel de renta que tenemos, de unos 17.000 dólares de la renta total. Esto habla de un país donde hay acceso a las carnes y es uno de los indicadores de desarrollo más importantes que hay”.

En ese sentido dijo que, en la actualidad, está parejo el consumo entre rumiantes (vacas  y ovejas) y pollos y cerdos. “Ha crecido muchísimo el consumo de pollo y cerdo, están cambiando las costumbres” agregó.

También se refirió a la carne sintética, que se se crea a partir del cultivo de tejidos animales, lo que, en comparación con el cultivo de tejidos vegetales, algo relativamente simple, es de mayor complejidad.

“El cultivo de tejidos de animales está en una etapa muy experimental. Así que desde el punto de vista comercial no hay preocupación, simplemente hay atención de ver qué significa esto. Hay alternativas vegetales, hamburguesas que no son hamburguesas, carne que no es carne, pero de origen vegetal. Eso está a la venta en los supermercados y es fácil conseguirlo. Esto es otra cosa. Es la reconstitución de un tejido. Es un proceso de una creatividad digna de la mejor causa y tiene sentido si pensamos en la industria farmacéutica. Creemos que para la industria de los alimentos definitivamente no tiene sentido”, expresó.

En cuanto al proceso señaló que se extraen células, como si se tratara de una biopsia. “Luego se pone a cultivar en el propio suelo fetal. Es decir, tiene componentes animales y luego, en biorreactores de unos 20 litros de tamaño, se genera una especie de tejido, en este caso lo habilitado fue para el pollo. Tiene dos formas, una que no tiene mucha estructura, que sería como una carne molida o carne picada, y la otra que se parece más a una pechuga de pollo, con un tejido más estructurado”, afirmó.

Desde el punto de vista económico señaló que hay dudas que la carne sintética tiene un costo mayor. “Son productos ultraprocesados, sumamente complejos, por eso la industria farmacéutica que utiliza estas técnicas, lo hace para extraer algunas moléculas, que solo se sintetizan en esas condiciones y va a un producto farmacéutico que suelen ser bastante caros también”, afirmó.

No obstante, Caputi dijo que la última palabra la tendrá el mercado y agregó que el hecho de que fuera aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos es muy relevante. “Están diciendo que el producto es seguro e inocuo, que es saludable. Eso nos parece importante. Nosotros, desde el INAC, no tenemos una visión en blanco y negro, o monocorde en cuanto a las opciones. Lo que sí llamamos la atención que las personas tienen que estar informadas de los que están comiendo. Estamos hablando de la salud futura de las personas y sus hijos”, señaló.

Texto: Justos y pecadores – Foto: Mauricio Zina/AdhocFotos