Misa Solemnis

Los invitamos  a coronar este año y a celebrar la antesala del nuevo con una obra completamente apropiada para la ocasión, que es la MISA SOLEMNIS en RE mayor Op.123, compuesta por Ludwig van Beethoven casi al mismo tiempo de su NOVENA SINFONIA, entre los años 1819 y 1823.

Junto con la MISA EN SI MENOR de Johann Sebastian Bach se considera a nuestra obra de esta noche como el mayor logro de la música litúrgica de los siglos XVIII y XIX.

No en vano el célebre director orquestal y compositor Wilhelm Furtwängler la retiró de su repertorio al no sentirse capaz de obtener una representación de la misma que hiciera justica a su poderoso esplendor y grandeza.

En ella escuchamos el sentimiento beethoveniano del DOLOR DEL MUNDO en contrapartida con el amor divino, expresando todas las inquietudes ,sufrimientos y preocupaciones de la raza humana, mas no desde un punto de vista de un creyente ortodoxo sino de un cristianismo inherente a la vida del propio Beethoven, impregnado en elementos de la Masonería y del Deísmo.

En ella, la combinación de la polifonía vocal demuestra como Beethoven estudiara, más nunca emulara las composiciones eclesiásticas del genial compositor renacentista italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina, tomando las cinco secciones básicas de la MISA LATINA y desarrollándolo dentro de dimensiones titánicas que ponen a prueba las voces de los solistas, de quienes se requieren grandes esfuerzos en altas tesituras y en articulaciones melódicas y rítmicas.

Mediante el uso de antífonas en las líneas vocales de los solistas y del coro Beethoven demuestra la fragilidad del ser humano ante la omnipotencia de lo divino.