Abrumadora mayoría rechaza nueva Constitución y Boric pide nuevo proceso

Obtuvo el rechazo del 62,2%

05.09.2022 | tiempo de lectura: 3 minutos

Una abrumadora mayoría rechazó este domingo la propuesta de nueva Constitución en Chile con casi el 62 % de los votos, resultado que mantiene de momento el texto actual, escrito en 1980 por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformado parcialmente en democracia.

«Ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de forma fuerte y clara», reconoció en cadena nacional el presidente chileno, Gabriel Boric.

El mandatario, partidario del cambio constitucional, anunció que a partir del lunes trabajará de la mano «de la sociedad civil y del Congreso» para buscar un «itinerario constituyente» y darle celeridad a un nuevo proceso.

Los categóricos resultados, añadió, «exige a nuestras instituciones que trabajemos hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza».

La opción de aprobar el nuevo texto, que declara a Chile un Estado social de derecho y ha sido definida como la más feminista y una de las más vanguardistas del mundo en materia de igualdad de género y protección de la naturaleza, cosechó solo el 38 % de los apoyos, con más del 95 % de los votos escrutados.

TRIUNFO EN LAS 16 REGIONES

El «Rechazo» al nuevo texto se impuso en las 16 regiones del país, incluidas la Metropolitana -que alberga la capital- y la costera Valparaíso, donde ganó contra todo pronóstico con el 55,4 % y el 57,6 %, respectivamente.

En regiones del centro sur como Ñuble, Araucanía o Maule, el «Rechazo» se impuso por más del 70 %, sacándole hasta 30 puntos al «Apruebo».

«Hoy día no hay ganadores ni perdedores. Hay chilenos que nos tenemos que volver a encontrar», dijo el líder de la campaña del «Rechazo», Claudio Salinas.

«Queremos hacer un llamado a la calma, a estar orgullosos del trabajo realizado (…) La Constitución del 80 no nos une ni nos representa», indicó por su parte la diputada comunista Karol Cariola, vocera de la campaña del «Apruebo».

La contundencia de los resultados recuerda al plebiscito de octubre de 2020, convocado para encauzar la ola de protestas de 2019 y donde el 78,2 % de los chilenos decidió iniciar un proceso constituyente y redactar una nueva Constitución.

Dos años después, los chilenos no están conformes con el texto que fue redactado durante un año por una convención de ciudadanos elegidos democráticamente solo para ese fin, con paridad de género y escaños reservados para indígenas.

«A pesar que las encuestas previas daban como ganador el ‘Rechazo’, la diferencia lograda es mayor a la esperada. Hay un dicho que se impone siempre en Chile: mejor el diablo conocido que uno a conocer» indicó a Efe Jeanne Simón, de la Universidad de Concepción.

«NO UNE AL PAÍS»

El carácter plurinacional del Estado, el derecho a la interrupción voluntaria de embarazo, la reelección presidencial, el sistema de justicia y la eliminación del Senado son algunos de los temas incluidos en el nuevo texto que generan más animadversión entre la ciudadanía.

Las dos coaliciones oficialistas Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático se comprometieron a reformar el texto y moderar los aspectos más controvertidos en caso de aprobarse, pero no ha sido suficiente para convencer a los electores.

«El triunfo del ‘Rechazo’ es la gran derrota de una ideología que pretendió imponerle a los chilenos la plurinacionalidad y muchos otros conceptos tan ajenos a nuestra idiosincrasia», aseguró por su parte a Efe Gonzalo Müller, de la Universidad del Desarrollo.

Cientos de personas salieron a las calles en los barrios más acomodados de la capital a celebrar el resultado, con banderas chilenas y entonando el himno nacional.

«Es un texto que no une al país, que nos enfrenta, parece más bien un programa de Gobierno», indicó la senadora democristiana Ximena Rincón, uno de los rostros del centro que se desmarcó de su partido e hizo campaña contra la propuesta constitucional.

Para Robert Funk, de la Universidad de Chile, «ni el proceso ni el texto fueron suficientes, en momentos de inseguridad económica, inflación y desempleo». EFE