Zacarías, el pintor de íconos.

En ésta oportunidad en LOS MEJORES TíTULOS DE LA ÓPERA nos complacemos en presentar una auténtica Avis Rara  del repertorio de la música eslava, que es la ópera ZACARíAS, EL PINTOR DE ÍCONOS, obra perteneciente al compositor búlgaro Marin Goleminov.

ZACHARI ZOGRAPH, nuestra ópera de esta noche, es la tercera de las compuestas por Goleminov, y quizás la más osada armónicamente.

Su rica paleta musical, mayormente basada en la música autóctona de su país, es pletórica en innovaciones armónicas, coloridas orquestaciones, y excelente manejo de las disonancias, como se puede apreciar en su CONCIERTO PARA ORQUESTA DE CUERDAS y en su PRIMER CUARTETO DE CUERDAS, obras en la que ya se aprecia su individualidad.

ZACHARI ZOGRAPH, la ópera que presentamos, se inspira en la figura del famoso artista homónimo del siglo XIX , que viviera entre 1810 y 1853.

Zograph fue un distinguido artista que dejó como herencia una gran cantidad de íconos y de frescos, mayormente durante su estadía en el Monte Athos hacia el final de su vida entre 1851 y 1852.

El material musical de la ópera deriva directamente del concepto de los dramas populares de Modest Mussorgskii, particularmente de los logros alcanzados con su ópera  EL MATRIMONIO.

Las líneas vocales, que siguen las inflexiones de la palabra hablada, si bien están lejos de ser abrasivas, expresan una honda carga dramática, por momentos alternando entre un canto declamado como el de los dramas populares antedichos, con pasajes hablados y hasta ciertos momentos de Sprechgesang.

De este modo Goleminov combina hábilmente los estilos mencionados con música folclórica búlgara, a la manera de Mussorgskii en BORIS GODUNOV o KHOVANSCHINA, pero tomándose más holgadas atribuciones con respecto a la armonía y a la tonalidad.

El compositor utiliza un lenguaje musical que emplea desde un muy moderado atonalismo libre, hasta fuertes niveles de disonancias, basados intensamente en los ritmos de la música folclórica búlgara.