Presentan Bono de Impacto Social para jóvenes de contexto socioeconómico vulnerable
Es la primera experiencia en la región en educación dual
13.05.2024 | tiempo de lectura: 3 minutos
El Bono de Impacto Social es un mecanismo de financiación basado en el pago por resultados que se implementará de forma piloto en el ámbito de la educación dual con apoyo de organismos del Estado, cooperación internacional, entidades del sector privado y de la sociedad civil con el objetivo de aumentar las tasas de finalización de educación media superior, empleo y continuidad educativa, a través de la educación dual.
El mismo fue presentado este lunes 13 de mayo por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Instituto de Empleo y formación Profesional (Inefop) junto a BID Lab (laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El objetivo es financiar políticas sociales con financiamiento del sector privado a través de inversores que adelantan el dinero para que se pueda realizar la intervención social.
El director de Transferencias y Análisis de Datos del Mides, Antonio Manzi, explicó en rueda de prensa que “el Estado entra cuando se cumplen los resultados previamente acordados, medibles y verificados”.
Agregó que “es un nuevo tipo de contrato que se basa en alcanzar los resultados para desembolsar ese recurso”, y que si los resultados no se alcanzan el Estado no paga”, concluyendo que “esa es la innovación de este instrumento”.
“Esto cambia la manera tradicional de contratar servicios públicos —dijo— y recordó que “hoy el Estado hace un contrato con una ONG y lo paga sin importar necesariamente si la ONG tuvo algún resultado real de impacto social”.
Ahora esto “cambia la lógica tanto en el foco de resultados como también en traer capital del sector privado para financiar de antemano y transferir el riesgo del Estado a los inversores”, aclaró.
Este acuerdo de colaboración se da entre inversores que aportan los recursos para financiar la intervención, proveedores de servicios sociales, responsables de la implementación de la intervención, entidades co-pagadoras, que realizan el repago a los inversores de acuerdo con los resultados sociales alcanzados, verificador independiente que audita los resultados sociales alcanzados, e intermediario que articula entre las partes involucradas.
Manzi explicó: “Los indicadores que vamos a establecer para liberar los pagos son aprobación del ciclo educativo, graduación y, tras el año de haber salido, si consiguieron un empleo y lo sostuvieron por cuatro meses o más o si continuaron en educación terciaria”.
Para poner en funcionamiento el primer Bono de Impacto Social en Uruguay se estableció un fideicomiso por un monto de 600.000 dólares que tiene un período de implementación de cuatro años.
La entidad fiduciaria es la Corporación Nacional Financiera Administradora de Fondos de Inversión SA (CONAFIN AFISA-fiduciario financiero 100% propiedad de la Corporación Nacional para el Desarrollo) que, en colaboración con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), conformó el fideicomiso supervisado por el Banco Central del Uruguay.
Los inversores que ya confirmaron su participación son el Banco de la República Oriental del Uruguay, Banco Itaú, Banco Santander, ScotiaBank, y Fundación ReachingU.
Los organismos co-pagadores —que proporcionan los fondos para repagar a los inversores cumplidas las metas— son el Mides, el MEC, Inefop y BID Lab.
El centro educativo Ánima, organización sin fines de lucro que ofrece bachillerato tecnológico con formación dual para jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social, estará a cargo de realizar un llamado abierto.
Manzi indicó que los jóvenes se postulan a través de “un llamado abierto” y “luego se establece un criterio de vulnerabilidad socioeconómica con un indicador que coincide mucho con el que tiene el Mides para determinar dicha vulnerabilidad”.
Ximena Sommer, directora ejecutiva de Ánima, explicó que esta organización promueve e implementa la formación dual en Uruguay, para “generar las mejores condiciones para que los jóvenes de los contextos más desfavorecidos puedan desarrollarse personal y profesionalmente”.
“En Ánima ellos cursan el bachillerato con esta modalidad en la que alternan entre el aula y la empresa para generar este aprendizaje más profundo y culminan el bachillerato con mayores oportunidades de inserción laboral y de continuidad educativa que es parte de los objetivos de impacto del bono”, señaló.
En el mundo hay casi 300 bonos que se han implementado en varios países y se han financiado intervenciones vinculadas, por ejemplo, a desafíos de reincidencia en el delito, desempleo juvenil, personas en situación de calle, migrantes, vivienda, saneamiento o protección de la biodiversidad, alcanzando a 2.500.000 usuarios y canalizando más de 700.000.000 de dólares hacia asuntos sociales.
Texto: Magela Camelo - Foto: Mauricio Zina/AdhocFotos