Osvaldo Laport y su compromiso con los refugiados

El actor y embajador de Buena Voluntad de ACNUR dijo que “Uruguay es un faro de esperanza”

19.06.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos

Cada año el 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado para honrar a las personas de todo el mundo que se han visto forzadas a huir de su país de origen.

En Montevideo, el pasado sábado 15 de junio, se realizó en el Espacio Modelo un conjunto de actividades recreativas, culturales y deportivas organizadas por ACNUR y SEDHU, con el apoyo de la Intendencia que contó con la participación del actor uruguayo Osvaldo Laport.

El actor fue nombrado Embajador de Buena Voluntad en 2006 y ha apoyado el trabajo de ACNUR visitando a personas refugiadas y solicitantes de asilo en Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Honduras, Guatemala, México, República Democrática del Congo y El Líbano.

En diálogo con Justos y Pecadores, Laport dijo estar “conmovido por los años de trabajo acompañando la causa” y agregó que sabe muy bien de lo que habla. “Sé del dolor de las víctimas que huyen para salvar sus vidas perdiéndolo todo, el desarraigo”.

Laport interpretó durante la presentación un texto basado en la letra de la canción Imagine, de John Lennon, relacionándolo a una anécdota de su niñez. “De pequeño, le pedía mi madre una goma de borrar gigante para borrar los límites del globo terráqueo”, recordó.

En 2014, el actor viajó al Líbano donde conoció de cerca el impacto de la crisis en Siria y luego se reunió con el entonces presidente José Mujica para visibilizar y ayudar a estas familias, y sobre todo niños y jóvenes que huían solos.

“Una vez que Mujica me escuchó logramos crear una misión que fue a Líbano para poder rescatar a las primeras diez familias sirias, y más allá del acierto o desacierto, y de una experiencia compleja, Uruguay se convirtió en el primer país de Latinoamérica en traer familias refugiadas y desplazadas sirias con el régimen de reasentados”, dijo Laport. Y concluyó, “Uruguay históricamente tiene el corazón abierto y como decía Karmen Sakhr, es un faro de esperanza”.