Techo promueve fondos concursables para proyectos comunitarios
Con Fontecho, la organización financiará proyectos que presenten los habitantes de los asentamientos en conjunto con los jóvenes voluntarios
12.05.2022 | tiempo de lectura: 2 minutos
A través de fondos concursables y no reembolsables, Techo promoverá la ejecución de proyectos comunitarios que respondan a las necesidades de los barrios.
Según explicó su director ejecutivo, Santiago Rodríguez, se trata de una línea de trabajo con enfoque comunitario a partir de la cual las distintas mesas de trabajo de los barrios podrán diseñar y presentar propuestas. Luego, un tribunal conformado por representantes de la ONG, empresas colaboradoras y actores de la sociedad civil determinarán en dos instancias del año, cuáles son los dos proyectos comunitarios que consideran más relevantes para llevar adelante.
“Es importante porque tiene una raíz comunitaria e incentiva espacios que lleven adelante proyectos”, dijo Rodríguez. “Cuando las propuestas surgen de los vecinos tienen otro valor. Hay una apropiación mayor y se nota en el cuidado de lo que se haga, sea un espacio recreativo o una huerta”.
El pasado 7 y 8 de mayo, la organización realizó la primera construcción de viviendas de emergencia del año. En total, se realizaron ocho soluciones habitacionales de emergencia en La Casona y de las jornadas participaron unos 50 jóvenes. Entre 2020 y lo que va de 2022, Techo lleva construidas 60 viviendas de emergencia.
“Lo primero que hacemos es determinar una zona geográfica en la que queremos actuar con una lógica de municipios para hacer un mejor uso de los recursos”, dijo Rodríguez en diálogo con Justos y Pecadores. La organización cuenta con un listado, a partir del último relevamiento de Techo de 2019 que abarca a unos 656 asentamientos.
El modelo de Techo funciona en asentamientos de tamaño pequeño-medio de entre 100 y 150 familias. Se averigua sobre las condiciones físicas del asentamiento y si no hay una acción planificada de reubicación o regularización, se visita el barrio y es importante el interés de los vecinos para que se generen mesas de trabajo. “Recién ahí se empiezan definir los lugares de techo donde va a trabajar”, señaló su director ejecutivo.
Luego de definir el lugar, comienza un proceso de asignación a partir de un llamado a ver quién está interesado y se empieza a conocer en profundidad sobre las familias, si hay menores, madres solteras, personas con enfermedades crónicas y a partir de un conjunto de variables, se genera una priorización hacia las familias que están en una mayor situación de vulnerabilidad.
En lo que refiere a la vivienda, Rodríguez dijo que están recorriendo diferentes caminos que van desde la vivienda de emergencia que es el módulo único hasta la vivienda de rediseño que tiene el módulo sanitario dentro de la vivienda. “Es a lo que estamos apostando”, mencionó. Y agregó, “el 90% de las manos son de jóvenes voluntarios que no tienen una formación específica en lo constructivo por lo que tenemos que hacer algo de calidad para las familias pero que también pueda ser construido por jóvenes en dos días”. El costo base de la vivienda es de 2.500 dólares.
Entre los materiales, la vivienda de rediseño incluye placas de madera industrializada, lana de vidrio como aislación térmica y en el techo un panel térmico con doble chapa y espuma de poliestireno expandido.
Texto: Camila Pírez.