Impacto social de la tecnología espacial
Columna de Carlos Vera
27.07.2022 | tiempo de lectura: < 1 minuto
¿Por qué cada vez más naciones invierten sus recursos en enviar personas al espacio y a la Luna cuando en la Tierra hay tantos problemas de hambre, pobreza, guerras y enfermedades sin resolver? Es una pregunta lícita y requiere de una respuesta.
Si bien es cierto que la llegada del hombre a la Luna se originó por razones exclusivamente políticas, obedeciendo a estrategias de dos naciones, es imposible ignorar la súbita evolución tecnológica que se debió realizar para alcanzar ese objetivo. Se estima que por cada dólar invertido en tecnología espacial, ocho han vuelto en forma de mejoras y adelantos para la humanidad.
Esa evolución tecnológica se incorporó gradualmente en la vida cotidiana de todo habitante de la Tierra y hoy seguramente no quisiéramos despojarnos de ella fácilmente. Aunque no nos demos cuenta, usamos la tecnología espacial diariamente.
En resumen, la tecnología espacial nos ha traído y dejado, entre otros, el GPS, los teléfonos celulares, las cámaras de video y cualquier dispositivo informático. También, los paneles solares, los materiales livianos que terminaron en nuestra vestimenta, los CTI hospitalarios, los alimentos deshidratados, liofilizados y al vacío, los sistemas de purificación de agua, los filtros para purificación del aire, los termómetros infrarrojos, el corazón artificial, las herramientas inalámbricas, las prendas ignífugas, los lentes de sol con filtros y que no se rayan, los calzados deportivos amortiguados, los materiales con memoria, los pañales para bebés con capacidad de absorción de líquidos, la miniaturización... La lista es muy larga.
Viajero de la ciencia, columna de Carlos Vera en Justos y Pecadores