Adolescencias trans: «tenemos que ser más humildes y escucharlos desde el corazón»

En el marco de la campaña de Unicef sobre adolescentes uruguayos conocemos el testimonio de una madre en el proceso de reasignación de género de su hijo

23.07.2021 | tiempo de lectura: 2 minutos

Unicef lanzó la campaña No están perdidos enfocada en los adolescentes uruguayos, que busca derribar prejuicios y sensibilizar sobre el apoyo que necesitan de los adultos para transitar esta etapa.

En Justos y Pecadores conversamos con Gabriela, sobre su historia como madre en el proceso de reasignación de género de su hijo Sebastián que hoy tiene 16 años.

«Yo empecé a notar algo hace cinco años. En ese momento era un tema desconocido para mí. En el primer momento querés estar con tu hijo, pero cuando te cae un tema de sorpresa y no tenés idea, no sabés que hacer», explicó.

Gabriela contó sobre el proceso de identificación de género de su hijo: «nunca tuvimos la mentalidad de elegir la ropa por colores pero la principal señal fue caundo notaba que no estaba cómodo con el bikini en la playa y no se quería sacar el short y la remera».

«Con el tiempo lo verbalizó y por suerte encontramos muy buenos profesionales, entre ellos una excelente psiquiatra que desproblematizó toda la situación. Desde mi lugar tuve que elaborar el duelo. Uno le elije el nombre desde que está en tu panza y llamarlo de otra manera fue elaborar ese duelo. Pero siempre estuvimos con el padre al lado y dejando en claro que siempre lo íbamos a querer», explicó.

«Lo primero que hay que asumir con total humildad es que uno no sabe nada del tema. Lo que necesitás entender es que seguís amando a tu hijo y lo vas apoyar en todo. En un primer momento es duro, lo que queda por sobre todo es el amor, y con ese amor acompañar ese proceso, porque uno se da cuenta que no se necesita entender cuando el amor está», agregó.

Luego comenzó el proceso hormonal, contó Gabriela. «Se recomienda que antes de comenzarlo se tenga un período de terapia, tuvimos el apoyo de profesionales. La terapia era de él pero la hizo todo el grupo familiar, lo que fue muy positivo. Su hermano lo vivió con muchísima naturalidad», señaló.

«Ellos lo toman con mucha naturalidad, nosotros tenemos mucho que aprender de ellos. Tenemos que ser más humildes, no prejuzgar, escucharlos con y desde el corazón», concluyó.

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