Alfaro: «pedí a gritos que me cortaran la pierna»

Los efectos insalubres de la alta competencia.

27.07.2022 | tiempo de lectura: 2 minutos

Liverpool disputará esta noche la final del Torneo Intermedio ante Nacional. Emiliano Alfaro ocupa el cargo de Coordinador General en los negriazules y además, es DT institucional.

“Se hace justicia porque son los dos mejores equipos. Imagino a Nacional queriéndose adueñar del juego y Liverpool desde el contraataque. Son dos equipos muy buenos con jugadores en gran momento”, dijo Alfaro en Derechos Exclusivos.

Hoy que el retorno de Luis Suárez al fútbol uruguayo está en el tapete, es bueno recordar que en 2014 Alfaro regresó a Liverpool desde la Lazio de Italia para conseguir el ascenso a primera: “La situación tiene puntos de contacto pero no hay comparación, él trasciende como ningún otro. Él puede jugar en Europa, elegir mercados, pero que venga porque lo siente, me sorprende. Una cosa es lo cualitativo: nuestro medio no es el indicado porque tiene un montón de carencias. Pero también está lo emocional que suple todo lo demás. Se va a rodear de afecto y va a cargar energía. Su llegada sacude a nuestro fútbol y nos va a levantar la vara”.

Emiliano Alfaro padeció recurrentes lesiones en la zona del tendón de Aquiles que lo llevaron a un retiro prematuro en marzo de 2021 a los 32 años. “Uno expone el físico al alto nivel y deja de ser salud. Si te muestro una foto en este momento, vengo con una bolsa de hielo y tengo una bota walker (férula ortopédica). Hace 15 días me hicieron la séptima cirugía en el tobillo”, contó.

El proceso ha sido largo y traumático: “Me levanté un día y no podía caminar ni cinco metros. Pedí a gritos que me cortaran la pierna. El tiempo pasó y si bien no estoy bien, esos pensamientos se me fueron de la cabeza. No podía ni pararme a jugar dos minutos con mi hijo. El tema nervioso es irreversible; mi calidad de vida se vio afectada”.

Alfaro confiesa que llegó un momento del doloroso proceso en el que debió pedir ayuda: “Yo pensaba que me llevaba el mundo por delante. Tenía contención familiar, no tenía problemas económicos, pero la cabeza no es lineal. A veces va para otro lado y tuve que pedir ayuda profesional”.

Buscó soluciones médicas en Estados Unidos, Argentina y Europa. Hoy sus expectativas son claras: “Mejorar la movilidad del tobillo. Los músculos del pie se están atrofiando porque los estímulos no llegan. Son procesos de asimilación. En Liverpool me manejo con una motito eléctrica y de a poco, todos lo fueron naturalizando. Me empecé a vincular con personas que juegan básquetbol en sillas de ruedas y con personas amputadas. Esto te enseña a empatizar. Yo le digo a los niños y adolescentes en el club que sean conscientes que están sanos. Hay que aprender a valorar y empatizar con los demás”, concluyó.