El aula bajo presión… la Hollander Trump”

Pablo Tellechea, corresponsal de Justos y pecadores en Estados Unidos

08.10.2025 | tiempo de lectura: < 1 minuto

Desde el regreso de Donald Trump a la presidencia, la educación pública ha enfrentado recortes severos, presiones ideológicas y un impulso claro hacia la privatización. Millones en fondos federales han sido retenidos, afectando programas clave para estudiantes vulnerables, mientras se limita la enseñanza de temas como diversidad, género o historia racial crítica.

A la par, se fortalecen los vales escolares y las escuelas privadas, desviando recursos del sistema público. Esto agrava las desigualdades educativas y pone en riesgo el acceso equitativo a una educación de calidad. Más allá del presupuesto, está en juego el papel de la escuela pública como pilar democrático. Cuando la educación pública se convierte en blanco de intereses políticos e ideológicos, no solo se recortan presupuestos: se cercena el futuro de generaciones enteras. Lo que está en juego no es solo el acceso a libros o maestros, sino la posibilidad de formar ciudadanos críticos, libres y comprometidos con una sociedad más justa. Defender la escuela pública es defender la democracia misma.