El rol de la escuela pública en Casavalle

Se ha convertido en un centro neurálgico para la participación comunitaria y el fortalecimiento del tejido social

28.07.2023 | tiempo de lectura: 4 minutos

La educación juega un papel fundamental en la sociedad y, en el caso de Casavalle, uno de los barrios con mayores desafíos sociales en Montevideo, la escuela pública es un bastión de esperanza para la comunidad local que ofrece un entorno de aprendizaje de calidad y fomenta una cultura de respeto y tolerancia.

El impacto positivo de la escuela pública de Casavalle no se limita sólo a los estudiantes, sino que se extiende a la comunidad en su conjunto: se ha convertido en un centro neurálgico para la participación comunitaria y el fortalecimiento del tejido social.

La colaboración entre la escuela, los padres y otros actores locales ha sido clave para promover el desarrollo integral de los niños, así como para impulsar proyectos que benefician a todo el barrio.

El programa Anep en Acción, enmarcado en el Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024, ha dado buenos resultados en esa zona de la capital uruguaya, teniendo en cuenta el corto tiempo en el que fue implementado, habiéndose constatado una “baja en el índice de repetición en la gran mayoría de los centros y una leve mejora en asistencias”, afirma Estela Chauvie, asesora pedagógica de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria.

El programa es una estrategia de política pública que se transformó en un pilar de la transformación educativa, y que se focaliza en las particularidades de cada territorio.

Chauvie sostiene que ese impacto “está nutrido del cambio en las prácticas, en las gestiones institucionales, en el intercambio con los demás actores”.

Además, destaca la importancia de haber podido contar con varios profesionales en Casavalle que “pudieron atender las diferentes dificultades en el aprendizaje (fonoaudiólogo, psicomotricista, profesores de educación artística, maestros de apoyo, dinamizadores)”.

Subraya la importancia de la tarea de las maestras comunitarias “manteniendo una comunicación fluida con las familias, realizando visitas a hogares y proponiendo diversos talleres para acercarlos a la escuela”, lo que permite “un mayor involucramiento de las familias con las instituciones”.

El fin de la escuela pública es el aprendizaje, pero en esta zona el rol es mucho más amplio. Los docentes han generado un sentimiento de pertenencia y no sólo se ocupan de enseñar un programa curricular.

Marcelo Macció es el director de la escuela N°320 de Casavalle desde que se reinauguró en marzo de 2020. Se trata de una escuela de Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas (Aprender). En esta categoría de instituciones se busca “potenciar las actividades educativas que permitan reducir las tasas de repetición, abatir el ausentismo y mejorar los niveles en los aprendizajes” y “mejorar la interrelación con las familias a través de la participación activa de los referentes adultos y el fortalecimiento del vínculo de la escuela con la comunidad”.

Macció es maestro desde hace 12 años, pero nunca había ejercido en Casavalle, aunque sí en escuelas Aprender de otros barrios de quintiles más altos.

“A diferencia de otras zonas, aquí el niño encuentra que la escuela es un lugar seguro, confiable, en el que puede encontrar el cariño que quizás en el hogar no tiene”, dice, aunque aclara que esto no sucede en todos los hogares.

Además, se refirió al estigma que tiene el barrio: “Uno dice Casavalle y a muchas personas le vienen a la mente las palabras violencia, asesinato, droga, narcotráfico, pero en estos 4 años que estoy en la gestión de esta escuela jamás hubo un episodio de violencia ni para conmigo ni para con ningún docente de la institución”, asegura.

Cuando llegó en 2020 dice que la situación estaba “bien”, y que “en 2019 había comenzado a mejorar”. Antes “andaban a los tiros en los techos, el barrio estaba cerrado, los maestros entraban en camionetas del Pado y eso generó que la escuela tuviera que blindarse, cerrar sus puertas, y los que entraban eran únicamente los niños”, relata.

Hubo un proceso para “abrir la escuela a la comunidad”, pasando de una etapa en la que había que “tener los portones con candado para evitar el ingreso de los padres en cualquier momento a tenerlo sin ningún tipo de tranca”.

La familia agradece el cambio: de “ponerse en la ventana o la reja a gritarle al niño ’comé todo, me tengo que ir’”, pasaron a saber que el niño tiene su tiempo para su alimentación al finalizar el turno de la mañana o que debe ingresar antes de hora en el turno de la tarde, y a solicitar ingresar para hablar con la maestra o el director.

Los docentes de Casavalle no pierden de vista que la función es enseñar, pero atienden otras necesidades, explica Macció, como “un niño que hace días que no viene porque no tiene medias y estamos en invierno”, u otro que “se descompone” porque por algún motivo “la última comida que hizo fue la merienda del día anterior en la escuela”.

También se atiende especialmente a algún alumno “que está sufriendo violencia” o que dice “abrazame porque en casa nadie me quiere”.
Fernanda Chavarría es maestra desde hace 24 años en Casavalle. Desde 2022 se desempeña como maestra-secretaria del Jardín de Infantes N°325, Josefa Camejo. Entiende que su rol de docente “abarca muchas profesiones y oficios”. Se ocupa de que los niños tengan sus vacunas al día, pregunta por qué causas faltó a clase, habla con los padres “que son muy jovencitos” y enseña “hábitos de higiene”.

Considera que “el vínculo con la comunidad es de muchísimo respeto”. No tiene como meta irse a otro barrio a ejercer la docencia. “No me voy a ir, yo siento que tengo dos barrios, en el que vivo y en el que trabajo”, dice orgullosa.

El aspecto edilicio es un resorte fundamental. La escuela 320 recibió un aporte importante del Codicen y a través de un programa del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) logró embellecer la escuela y pintar sus instalaciones.

La inauguración de la escuela N°319 de tiempo completo en setiembre de 2022 fue motivo de celebración para el barrio. Cuenta con 2.000 metros cuadrados entre espacios interiores y exteriores y tuvo una inversión de 3.000.000 de dólares, de los cuales 2.040.000 fueron aportados por el Gobierno de China.

La escuela Impulso, recientemente inaugurada y financiada por el empresario argentino Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, está en la Cuenca Casavalle y recibe a 670 escolares. La inauguración de esta escuela se suma al Liceo Impulso que ya tiene 10 años de funcionamiento.

 

Texto: Magela Camelo.

Foto: Anep.