Hoy se conmemora el Día Mundial del Sueño

El lema de este año es: “Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz”

18.03.2022 | tiempo de lectura: 3 minutos

En el Día Mundial del Sueño con el lema: “Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz” se busca la toma de conciencia sobre lo que es un buen dormir.

El Ministerio de Salud Púbica informa a través de su página web que la mala calidad del sueño influye directamente en la salud de las personas; perjudica el control de factores de riesgo vascular como la hipertensión, la diabetes o la obesidad y aumenta las posibilidades de sufrir ataques cerebro vasculares (ACV).

Los avances en la atención de los ACV liderados por el programa de salud cerebral del Ministerio de Salud Pública, son una manera de paliar las consecuencias de la mala calidad del sueño. El Hospital de Clínicas es el primer centro de salud pública regional en lograr la certificación como “Centro avanzado en tratamiento de ACV” por la World Stroke Organization y la Sociedad Iberoamericana de Enfermedades Cerebrovasculares.

Sueño saludable es aquel que se logra de forma regular, con óptima calidad y cantidad y que permite a la persona sentirse descansado, con energía para cumplir con las actividades diarias diurnas tanto laborales como sociales y disfrutar de una buena calidad de vida.

En adultos la duración recomendada de sueño nocturno es de entre siete y ocho horas promedio, mientras que los niños necesitan más horas para dormir. Los recién nacidos duermen 17 horas en un sueño polifásico – de muchos episodios a lo largo de las 24 horas- y a medida que crece, el tiempo de sueño se acorta a diez o 12 horas dependiendo de la edad. Aunque en un gran número de casos no se cumple, los adolescentes también necesitan dormir alrededor de diez horas por noche.

Mantener hábitos regulares de sueño permite consolidarlo y conciliarlo más rápidamente. Para logar un sueño reparador es importante:

Facilitar su inicio manteniendo horarios regulares para dormir. Levantarse a horarios también regulares mejora el ritmo circadiano, así como alimentarse en horarios habituales.

Evitar el uso de dispositivos electrónicos en la hora previa a dormir (pantallas de tv, celulares o equipos de computación) porque producen hiperestimulación lumínica, además de afectiva y cognitiva si se usan redes sociales o juegos en línea en los que hay mucha interacción.

Evitar las bebidas con cafeína o sus derivados (café, té, mate, bebidas cola) después de las 18.00hs.

Reservar la cama sólo para dormir, evitar acostarse antes de la hora fijada para iniciar el sueño.

Tener en cuenta que dormir con mascotas o permitir que suban a la cama en la noche interrumpe el sueño y puede agravar el insomnio.

Dentro de los trastornos de sueño son comunes los déficits crónicos de sueño. Estos se dan cuando una persona no obtiene la cantidad de sueño necesaria de manera permanente. Son muchas las causas por las que esto puede suceder, entre las que se encuentran el trabajo por turnos, las responsabilidades laborales o familiares como el cuidado de niños o ancianos, trastornos de salud y específicos del sueño como la apnea de sueño, el insomnio, los trastornos de movimiento durante las horas en que se duerme o el síndrome de piernas inquietas. Debe recordarse también que la mala calidad de sueño también tiene implicancias en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Para una función cerebral normal, una siesta de 15 o 20 minutos entre el mediodía y las 15.00hs – horario en que baja la vigilancia natural- puede ser reparadora para la alerta cognitiva. En cambio, las siestas prolongadas frecuentemente acarrean mayor somnolencia y sensación de embotamiento al despertar. Cuando se padece de privación crónica de sueño, las siestas programadas en tiempo y duración pueden ayudar a compensar durante algún tiempo el sueño perdido aunque no completamente. En el caso de personas que padecen insomnio no es aconsejable descansar durante el día puesto que esta costumbre puede agravar su condición.

 

Foto: Ministerio de Salud Pública