El legado de Daniel Vidart
Dialogamos con Alicia Castilla, viuda del antropólogo, activista del cultivo de cannabis e investigadora
28.07.2022 | tiempo de lectura: 3 minutos
En Justos y pecadores, Alicia Castilla se refirió a sus estudios sobre el cannabis, al legado de Daniel Vidart, su biblioteca y las obras inéditas.
Castilla es licenciada de la Educación y en 1997 publicó Cultura Cannabis, un libro que va por su séptima edición con 30.000 ejemplares vendidos. Es recordado el caso de Castilla cuando fue procesada con prisión por tener 28 plantines de marihuana y 24 gramos de marihuana, antes de que se legalizara su comercialización en Uruguay.
Nacida en Argentina, en el barrio de Flores, pasó 30 años en Brasil y, tras algunos avatares familiares, recaló en Uruguay. “No sé si ustedes, los uruguayos, se dan cuenta de cómo los vemos nosotros, los latinoamericanos. El país más estable, el más educado, pionero en grandes hechos como el voto femenino, la separación de la Iglesia. Entonces me pareció que era el lugar ideal para instalarme y pasar los últimos años en Uruguay. Tuve una recepción un poco tumultuosa”, recordó Castilla refiriéndose al hecho ya narrado.
“Fui denunciada y era enero. La jueza subrogante no saber nada de drogas. Fue una sucesión de desconocimiento. Mi procesamiento con prisión terminó siendo algo interesante porque generó la discusión de si Uruguay se merecía tener una ley. Por eso volvería a pasar por esa situación. Además, me permitió conocer a Daniel (Vidart)”, afirmó.
Recordó que cuando salió de la cárcel, muchos colegas la entrevistaron y la última entrevista que dio por ese hecho fue al periodista Juan Sader. Al tiempo, Sader la llamó para decirle que Daniel Vidart estaba escribiendo un libro sobre la marihuana y le gustaría que lo conociera. Ese encuentro, con el tiempo, sería el inicio de la pareja.
Castilla sostuvo que “Uruguay fue vanguardia en el tema cannabis, el ejemplo uruguayo fue tomado por una enorme cantidad de países, incluso Estados Unidos. En Zimbabwe, por ejemplo, el gobierno está invitando a que se cultive marihuana, se le está perdiendo el miedo a la convivencia con la marihuana”.
En este sentido, dijo que (en Uruguay) “la gente aprendió a convivir con ella, perdió el miedo de ver gente drogada por todos lados, no aumentó el índice de criminalidad por el consumo de marihuana. Creo que se debería aprovechar mejor, dejar de ser un país exportador de materia prima, porque hay muchas cosas que se pueden hacer a partir de la marihuana, productos de cosmética, medicinales, industria textil a partir del cáñamo, que se podrían elaborar aquí. Sabemos que no todo el mundo compra en la farmacia, no todo el mundo cultiva en un club”.
Para Castilla, “hay que acabar con el registro». «Pongamos una forma de venta, sería interesante para Uruguay que fue pionero en el tema marihuana, y eso atrae al turismo, porque la gente viene a tener la vivencia de sentir la libertad de consumir cannabis, pero acá no se legalizó”, especificó.
Afirmó: “Acá se reguló, creo que se pierde la oportunidad de tener, por ejemplo, dispensarios. Podríamos vender al turista, la posibilidad de consultar a un médicos y saber cuál es la mejor variedad”.
“No estoy de acuerdo con que el Estado plante y venda ni con el registro. ¿Por qué se registra a los fumadores de marihuana y no a otras personas, otros registros? Porque los que fumamos marihuana no por eso somos peligrosos. Si alguno lo es, será por otros motivos”, señaló.
También se refirió al legado de su pareja, el antropólogo Daniel Vidart, al señalar que “es como una mochila terriblemente pesada, pero sumamente agradable.
«Cuando Daniel supo que le quedaban algunos días de vida –él ya me había pedido varias veces que le ordenase la computadora— pero es tanto el material, y además siempre estaba trabajando y produciendo más, nunca pude hacerlo. Cuando le quedaban pocos días de vida me dio instrucciones sobre todo lo que había que hacer y me indicó cómo armar dos libros que pretendía que se llamasen La mirada del antropólogo. Uno sería Uruguay adentro y el otro Uruguay afuera. Cuando intenté hacerlo serían dos libros muy gruesos, con temas diversos, porque prácticamente no hay asunto que él no haya tocado. Esto hay que rescatarlo porque es patrimonio cultural del Uruguay. Alguna cosa hicimos con la Facultad de Informática y Educación en la página de Anáforas, donde se rescataron muchísimas cosas, de forma gratuita. Después está el tema de los libros, que son tantos que ninguna editorial se animó a editarlos. Entonces los voy editando yo y están en Amazon”, afirmó.
Los libros de Daniel Vidart pueden adquirirse en Amazon en la dirección https://amzn.to/3B6ypTe.
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