Un TLC que pasó desapercibido y en el que está todo el Mercosur

Por Mauricio Almada

02.08.2022 | tiempo de lectura: 2 minutos

Semanas atrás se celebró la última cumbre del Mercosur en Asunción, que tuvo como telón de fondo la intención de Uruguay de seguir recorriendo el camino hacia un TLC con China, en solitario o acompañado por los socios del bloque.

Las tensiones en torno a esta decisión de Uruguay quedaron una vez más de manifiesto y no se sabe cómo terminará esta historia, si el país podrá firmar y si lo dejarán los vecinos gigantes. Por lo pronto el presidente Luis Lacalle Pou tiene claro que seguirá expreso el camino hacia la rúbrica con Pekín –con o sin el Mercosur- al igual que lo pretendieron administraciones anteriores.

Pero en la cumbre de Asunción ocurrió otro hecho que pasó casi desapercibido ante la importancia del asunto chinesco. Se trató del final del recorrido para firmar, todo el Mercosur, un acuerdo de libre comercio de última generación con Singapur.

Es cierto que no se puede comparar un acuerdo con China que con Singapur. Las escalas son totalmente diferentes, para no mencionar el hecho clave de que China es nuestro principal socio comercial.

Sin embargo se inscribe en la tendencia de reforzar nuestros vínculos con los países orientales, hacia donde se desplaza el eje económico y político del mundo, otrora en occidente.

El convenio con Singapur trasciende lo comercial e incluye otras disciplinas como servicios, inversiones, compras públicas, comercio y desarrollo.

El país asiático tiene una economía abierta y dinámica, con pocos alicientes como para llevar adelante una política proteccionista, lo cual facilita su apertura con el mundo. Además es una república parlamentaria, lo cual diferencia políticamente al país en comparación con la dictadura China.

Se trata de un país chico (más de sesenta pequeñas islas), frente al cual Uruguay parece descomunal en territorio. Singapur es más pequeño que Montevideo. Pero para tener una idea de la economía de Singapur vale mencionar a modo de ejemplo que el salario mínimo es de 2.500 euros. De ahí para arriba todo. Es un país diminuto y riquísimo.

Uruguay ha venido exportando carne ovina con hueso hacia Singapur. Pero hay otras oportunidades, sobre todo vinculadas a la industria tecnológica.

Sabemos que el podio de nuestras exportaciones lo encabeza la carne, le sigue la soja y luego viene la industria del software y derivados.

Hay entonces oportunidades para colocar productos. Hay voluntad de todos los miembros del Mercosur para firmar este acuerdo que será un hecho consumado. La mesa está servida.

Ya veremos para cuánto habrá servido este acuerdo, pero lo importante es que Uruguay siga abriéndose al mundo, sin prisa y sin pausa, porque es el único camino posible.

Los estudios de pre factibilidad con China fueron importantes y serán la plataforma de lanzamiento de un posible TLC. Pero por ahora démosle la bienvenida a este acuerdo con Singapur, en el cual estamos embarcados con los socios del bloque.

Y bienvenidos todos los otros acuerdos que puedan alcanzarse, previo estudio de su impacto en la economía local.

El mundo no se detendrá a esperarnos y Uruguay debe salir con todas sus municiones, como lo ha venido haciendo, con ímpetu, sabedor de sus fortalezas y consciente que solo nosotros debemos trazar nuestro destino.