No sólo hay frailejones (una planta de allá lejos) en el país que crea Ana Solari en su novela más reciente, “Quebrada honda”: hay muchos paisajes que conviven con un elenco extrañamente cercano, una espera con más sentido que la de Godot, y una extensión de la lengua cuidadosa y sugestiva. Hablamos de todo eso con la autora.