El mensaje de Lacalle Pou, Mujica y Sanguinetti

Por Alfonso Lessa

06.01.2023 | tiempo de lectura: 3 minutos

La aparición conjunta del presidente Luis Lacalle Pou y los expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica en la asunción del Lula, constituyó un gesto poco habitual y un mensaje hacia el exterior del país sobre republicanismo y convivencia democrática.

Fue también, a no dudarlo, un mensaje hacia adentro del país, hacia las dirigencias de todos los partidos y en particular a la de las segundas y terceras líneas, que en sus legítimas aspiraciones de futuro, son sin embargo a veces los motores de la confrontación.

Este gesto, sucede y complementa al que ya habían tenido Tabaré Vázquez y Lacalle Pou cuando fueron del brazo a saludar a Alberto Fernández cuando asumía la presidencia en Argentina. Y también al libro que se prestaron a hacer en conjunto Mujica y Sanguinetti.

El nuevo gesto del presidente y los ex presidentes, se produce precisamente al final de un año que no se destacó por actitudes positivas y de colaboración; y en el que hubo de todo.

Ha sido clara la estrategia de dura oposición del Frente Amplio, de confrontación en la que dominó el “No” a cualquier iniciativa que proviniera del oficialismo.

El presidente de la coalición de izquierda, Fernando Pereira, expresó algunas actitudes conciliatorias y de diálogo, que sin embargo muchas veces quedaban solo en eso, a la hora de los hechos.

Estas contradicciones incluso plantearon la duda acerca de quien conduce hoy a la coalición de izquierda y quien establece sus estrategias.

El año que pasó, será recordado por varios hechos relevantes y muy variados, que marcaron la agenda: desde el plebiscito por la LUC, hasta el caso Astesiano.

La sucesión de hechos y la velocidad con la que aparecen nuevos asuntos, hace que algunos vayan quedando en segundo plano o directamente en el olvido a pesar de su relevancia.

El año comenzó con la LUC y una áspera campaña de la oposición que terminó en un triunfo del oficialismo, ajustado sí, pero triunfo que le dejó las manos libres para seguir con sus proyectos. Fue uno de sus primeros grandes desafíos que puso a prueba a la coalición de gobierno. Para la izquierda había sido una apuesta arriesgada, aunque le permitió un ejercicio de movilización. Y los hechos han ido demostrando que el anuncio de numerosas catástrofes, no tenían fundamento. Fue, sumado a las dos vueltas de las elecciones, la tercera derrota consecutiva en las urnas para la izquierda.

Los coletazos del pandemia y la guerra de Rusia contra Ucrania, terminaron de generar un panorama complejo en el mundo, del que Uruguay no fue la excepción. El presidente Lacalle, sin embargo, logró altos índices de aprobación durante gran parte del año.

El 2022 también fue el año del debate político y empresarial por la concesión de la terminal de contenedores de Katoen Natie. El Frente Amplio realizó fuertes denuncias y fue a la Justicia, donde sus planteos fueron rechazados. Fue otro respiro para el gobierno.

Y el oficialismo también termina, pese a advertencias, discusiones y hasta algún episodio de violencia, encaminando las reformas de la educación y del sistema jubilatorios. Dos reformas clave.

Es decir que el oficialismo, con cómoda mayoría parlamentaria, logró avances importantes en su agenda, lo que obviamente incomodaba a la oposición, hasta que ocurrieron dos hechos imprevistos: el llamado caso Marset -el apuro de un pasaporte a un narco que estaba en el exterior- y el caso Astesiano, el insólito episodio que involucró nada más ni menos que al jefe de la custodia del presidente en una presunta serie de actos ilegales.

Obviamente estos de asuntos fueron aprovechados por la oposición, que comenzó a machacar sobre ellos, buscando debilitar la imagen del presidente. Estos asuntos efectivamente parecen haber afectado al mandatario, que descendió en su imagen, aunque manteniendo un punto de indice positivo (sobre los juicios negativos) de acuerdo a la última encuesta de Equipos Mori.

2023 será un año clave, en el que oficialismo y oposición medirán fuerzas, se verá la concreción de las reformas y la viabilidad de su instrumentación y seguramente la Justicia seguirá tratando los temas mencionados y otros que también surgieron de esa especie de Caja de Pandora que se abrió para todos: entre otros, el caso de la insólita fuga de Morabito y los contactos personales con el capo mafia mexicano González Valencia al amparo de mandos policiales; y las denuncias que involucran al senador del MPP y ex director del Ministerio del Interior, Charles Carrera y que pueden extenderse a otras personas.

Este año, tiene respecto al oficialismo, la necesidad de mantener sólida la coalición de gobierno, lo que sin embargo podría coincidir con la eventual postura de algunos de sus miembros de comenzar a marcar perfil. Claro que es un barco en el que navegan juntos y lo bueno y lo malo los puede afectar a todos.

Por otra parte, una pregunta que parece pertinente es hasta dónde puede resultar positiva o un verdadero bumeran una estrategia de confrontación permanente. Los hechos lo irán demostrando.

Es en este marco, que la actitud de Lacalle Pou, Mujica y Sanguinetti, adquiere mayor relevancia.