El papel de la economía en la campaña electoral

Alfonso Lessa

16.04.2024 | tiempo de lectura: 3 minutos

“Es la economía, idiota” es la famosa frase que se atribuye a Bill Clinton en la campaña electoral con George Bush. Frase polémica, que ha dado lugar a notas, análisis e interpretaciones diversas, pero simple y contundente, con la que Clinton intentaba demostrar cuál era el factor que definía la elección y cuál era el interés primordial de la gente.

Hoy, en un año electoral, nos podemos hacer la pregunta: “¿Es la economía un factor decisivo en el Uruguay cuando no se viven momentos de crisis?

El tema de la economía, más allá de los intercambios habituales, estuvo sobre la mesa en los últimos días por al menos dos hechos relevantes: 1) la última encuesta de Cifra en la que se informa que los asuntos económicos pasaron del primer al segundo lugar en las preocupaciones de los uruguayos, que a su vez muestran mayor preocupación por asuntos vinculados a la seguridad;
2) y por la intervención del hasta ahora precandidato Mario Bergara en ADM, en la que realizó una muy fuerte reivindicación de Danilo Astori y sus ideas como factor de cambio y clave en los gobiernos del Frente Amplio.

Según la encuesta divulgada en Telemundo, el 47 % considera que el principal problema es la inseguridad y la delincuencia.

Los temas económicos en realidad están divididos en tres ítems:
1) Trabajo y desocupación 15;
2) Inflación, sueldos, pobreza 13;
3) situación económica del país 3.

De este modo, la preocupación por la economía se ha ido reduciendo, mientras aumenta el tema del delito.

Paralelamente, Bergara, exministro, habló en los desayunos de ADM, donde marcó sus diferencias con el gobierno, por ejemplo, en el valor del dólar y algunas de sus reformas, y explicó en detalle por qué no acompaña el plebiscito por la reforma de la seguridad social y defendió la existencia de las AFAP.

Alguien, dijo, debe administrar esas cuentas individuales que hoy tienen nombre y apellido y no se pueden diluir en un dinero que además correría el riesgo, como ya pasó, de ser utilizado por el Estado cuando lo necesite.

En ese sentido, destacó que la existencia del sistema actual impidió que el Estado echara mano a ese dinero en la crisis de 2002, que entonces pudo tener alcances peores.
Pero uno de los aspectos más destacados fue la encendida defensa que realizó de Astori y del papel que jugó en la renovación del Frente Amplio.

Hubo asistentes, que aun sabiendo que Bergara fue muy cercano a Astori y colaborador del fallecido exministro y exvicepresidente, se vieron sorprendidos por el espacio y el énfasis que dedicó a reivindicar su papel en la renovación ideológica del Frente y en el hecho de que lograra imponer criterios aún al costo de choques internos para nada menores. Y reconoció —cosa que durante un tiempo se negó— que hubo en los hechos “dos equipos económicos” y un “gobierno en disputa” entre concepciones diferentes.

Bergara fue autocrítico respecto a los motivo por los cuales el Frente perdió la última elección —o la ganó Lacalle— y destacó el hecho de que la coalición se encerró en sí misma.
La gran pregunta —que se le hizo específicamente respecto al plebiscito, pero que obviamente se extiende al conjunto de la economía— es: fallecido Astori y con un centro tan debilitado, ¿quién será ahora el guardián de esas ideas? ¿Quién tendrá la fuerza suficiente para hacerlo?

Sobre todo teniendo en cuenta que quienes promovieron ese ministerio paralelo y ese gobierno en disputa hoy apoyan a los dos precandidatos mayoritarios.

Bergara señaló que luego de su derrota y su experiencia de gobierno, el Frente ha madurado y hay lecciones aprendidas y aspectos que deberían mantenerse de cualquier forma, en lo que tiene que ver, por ejemplo, con el orden en la economía, la estabilidad macroeconómica, la seguridad jurídica.

Tabaré Vázquez tuvo muy claro en su momento la necesidad de generar confianza en los operadores económicos y en la población en general, cuando concurrió a Washington a ofrecerle el ministerio de Economía a Enrique Iglesias —en un gesto de imposible respuesta positiva, pero un gesto importante— y de inmediato anunció que el ministro sería Astori que estaba a su lado.

Lo de ADM también mostró la debilidad política de Bergara, acompañado solo por Pereira y algunos pocos dirigentes su sector.

Pero, pase lo que pase con él, está llamado a tener un papel importante en la campaña, en particular en lo que tiene que ver con la economía.

Es probable que él y quienes lo rodean sigan tratando de mantener aquellos principios que logró llevar adelante Astori.

En todo caso, una cosa es lo que indiquen las cifras frías de la economía y otra lo que perciba la gente. Y no necesariamente van de la mano.