Justicia ambiental: la huella hídrica
Columna de Carlos Vera
01.06.2022 | tiempo de lectura: 2 minutos
Huella hídrica es el volumen total de agua potable usado para producir los bienes y los servicios consumidos por un individuo o por una comunidad según sus costumbre y su cultura (que se promedia por cada habitante de la tierra y se suele medir en metros cúbicos por persona por día). La huella hídrica resulta una medida de la “justicia ambiental”.
La factura de OSE proporciona la información que necesitamos para conocer cuáles son nuestras costumbres (metros cúbicos de agua consumida dividido entre los habitantes de la casa dividido entre el número de días de ese mes).
Pero la Huella Hídrica no sólo incluye el agua de consumo doméstico (factura de OSE) sino también, y muy importante, incluye el agua necesaria para producir los productos de consumo que al fin y al cabo también la gastamos sin abrir la canilla de nuestra casa. Ahí las cosas se ponen dramáticas. Un kg de carne vacuna en la carnicería requiere 15.000 L de agua. Un país que consuma mucha carne tendrá mayor huella hídrica que un país con imposibilidad a no comer carne. Este es un aspecto de la justicia ambiental. 1 kg de carne de pollo requiere 3920 L de agua. 1 L de leche requiere 1.000 L de agua, 1 manzana requiere 70 L, 1 L de cerveza requiere 300 L de agua potable, 1 pantalón vaquero requiere 4100 L de agua potable, 1 par de zapatos requiere 8000 L de agua potable.
Una comida simple en Montevideo en un menú ejecutivo requirió 4500 L de agua: 200 de papas fritas + 1 huevo frito + 1 milanesa + 1 refresco + 1 ensalada frutas + 1 café.
Se estima que una persona promedio del mundo consume 3.900 L/día para limpieza, ingesta directa, aseo personal y higiene ambiental y preparar alimentos. Si el promedio mundial consume 3.900 L/día y en un almuerzo promedio a la uruguaya gastamos 4.500 L, no hay dudas que hay mucha gente que no accede ni al agua y come menos que los uruguayos.
Viajero de la Ciencia, columna de Carlos Vera en Justos y Pecadores: