Una visita difícil de explicar que cambió el eje de la discusión
Alfonso Lessa
23.02.2023 | tiempo de lectura: 3 minutos
“Error muy grande, porque contribuyó a confundir las cosas”. Pocas palabras pero muy contundentes fueron las que utilizó el exvicepresidente de la República y exministro Danilo Astori al juzgar la asombrosa visita de Gustavo Leal a los padres de Alejandro Astesiano, en la Barra del Chuy.
La visita constituyó el hecho más relevante de las últimas semanas junto a la condena del propio Astesiano solicitada por la fiscal del caso. Y generó reacciones en todos los partidos
—dirigentes y ciudadanos de a pie— que oscilaron entre la incredulidad, el asombro, la confusión y, en todo caso, una desorientación mayúscula.
¿Qué pudo haber justificado la visita del sociólogo, un ex alto funcionario del gobierno del Frente Amplio, hombre de confianza de las autoridades de la época y un referente en seguridad pública hoy en la izquierda?
Nada parece razonable.
Ninguna de las explicaciones que puedan encontrarse a priori puede desatar este nudo que se formó con la visita: desde la versión de que habría ofrecido dinero a los padres, a la de que simplemente fue a interesarse por cómo se encontraba Astesiano. Esta última versión no oficial parece parte de un sainete y no resulta creíble, salvo que existan relaciones preexistentes y elementos que los uruguayos no conocemos.
Parece muy difícil, por otra parte, que Leal haya asumido esta decisión solo, sin ningún tipo de respaldo político.
Leal se comprometió a revelar los motivos de la visita y a realizar revelaciones impactantes cuando fuera al juzgado, pero los periodistas quedaron esperando cuando se retiró por una puerta lateral luego de una breve comparecencia en la que pasó de testigos a indagado.
La sorpresa, entonces, comenzó a escalar.
Desde el Frente se anunciaron explicaciones que tampoco llegaron y se argumentó que en una democracia todos pueden hablar con todos; una obviedad que se responde sola, porque en determinadas circunstancias no todos son iguales, ni tienen iguales consecuencias lo que hagan a digan.
También se anunció que se pedirá a la fiscal que explique por qué pasó a ser indagado: otra obviedad que ocurre en cualquier juicio.
Astori, en su entrevista en Azul FM, fue claro. “Me parece que todo el mundo tiene derecho a hablar con todo el mundo, sobre todo en una estructura política democrática, institucionalmente fuerte, pero me parece que Leal cometió un error importante, que a su vez perjudica el análisis de este tema, sus consecuencias, y alarga discusiones que tendríamos que estar superando y sustituyendo por tiempo al servicio de las soluciones de temas nacionales”, agregó en la entrevista radial.
Astori remarcó que fue “un error importante” y que “conduce a mayores dificultades para que el país vuelva a concentrarse en los temas fundamentales”.
Resulta claro que Leal cumple desde hace tiempo un papel político relevante. Cabe recordar que una visita que realizó al entonces jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz, le costó el cargo a este último por decisión del ministro Larrañaga. O sus duras críticas a la reunión multipartidaria en procura de acuerdos sobre políticas de seguridad pública.
Al gobierno todo esto no le pudo venir mejor y en el momento más adecuado: cuando está empezando el año político, cuando el expresidente Mujica dijo que Lacalle Pou ya se había hecho cargo de la discusión y cuando se conoció la condena de cuatro años y medio para Astesiano, producto de un acuerdo. Incluso el impacto de este acuerdo, quedó relativizado por la famosa visita a la Barra de Chuy y todo lo que llegó después.
En cierto modo se descentró el tema, cambió el eje de la discusión, y aumentó la confusión, salpicando hacia lados imprevistos.
Luego de las impactantes hechos que se escondían detrás del excustodio policial, de una lluvia de graves denuncias fundadas y unas cuantas versiones lanzadas sin asidero, luego de la detección de delitos como el de los pasaportes que venían de largo tiempo atrás e involucraban también a otras personas, este hecho resultó una bocanada de aire para el oficialismo que le permite jugar de otro modo; y que actores como el ministro de Interior, Luis Alberto Heber, no desaprovecharon: “Leal terminó saliendo por la puerta de atrás y corriendo”, comentó el secretario de Estado.
Leal deberá concurrir ahora al juzgado acompañado de su abogado. Tal vez se pueda comenzar a aclarar en algo toda esta confusión, que promete más capítulos y, quizás, más vinculaciones inesperadas.