2023: un año bisagra entre el pasado y el futuro
Por Alfonso Lessa
04.01.2024 | tiempo de lectura: 3 minutos
2023 fue un año de aniversarios fundamentales, tanto en la caída de la democracia, como en el camino de la recuperación democrática luego de la dictadura.
Y fue, también, un año preelectoral con cierta fiebre electoralista adelantada.
Fue, por lo tanto, un año bisagra. Entre aquel pasado y el futuro.
Fueron los 50 años, medio siglo, del golpe de febrero y del golpe de junio.
Fueron los 40 años de un año decisivo como 1983: el fracasado diálogo del Parque Hotel, la censura previa, la movilización creciente, las negociaciones decisivas, los caceroleos, Asceep y su marcha estudiantil, el Pit, el acto del Obelisco, para mencionar los hitos más relevantes y recordados.
En ese marco de aniversarios tuvieron lugar acto muy relevantes, como los realizados en el Parlamento, el acto organizado por los jóvenes frente al Obelisco o los llamados de los más veteranos y experientes a defender la democracia por sobre cualquier otra cosa como instrumento de vida.
En ese sentido, acá en canal 5, en un hecho histórico, pudimos reunir en vivo a los expresidentes Sanguinetti, Lacalle y Mujica para hablaran, no sobre las peleas del pasado, sino sobre el futuro.
Gestos muy importantes que, a veces da la impresión, no todos han escuchado con seriedad o se los han tomado con la profundidad que requiere.
Ahora no enfrentamos a una de esas instancias por las que tanto luchó la gente: un año electoral que empezará en junio con las internas, seguirá en octubre y, quizás, con el balotaje de noviembre.
Y en 2024 con las departamentales.
Como siempre, son muy relevantes los retos que aguardan al Uruguay desde todo punto de vista.
Pero lo que necesita el Uruguay, ante todo y gane quien gane, son certezas: seguridades en general, seguridad jurídica en particular y la confianza que llevó muchas décadas construir.
Sin esas condiciones no será posible para nadie llevar adelante ninguna política seria y duradera, ni política, ni social.
Si lo habrá entendido muy tempranamente Tabaré Vázquez que colocó de primera en el Ministerio de Economía y Finanzas a Danilo Astori. Y el anuncio de su nombramiento lo hizo en Estados Unidos, luego de que Enrique Iglesias previsiblemente le dijera que no cuando le ofreció ese ministerio.
Y si lo entenderán hoy parte del Frente Amplio y del Pit Cnt que comprenden que rechazar la reforma provisional y colocarla en la Constitución, implicaría un tembladeral y la antítesis de la confiabilidad que necesita el Uruguay.
Va en contra de lo que ocurre en el mundo, incluso en países como Cuba. Porque los cambios del mundo laboral y demográficos obligarán a reformas de manera bastante habitual. Atar el tema a la Constitución es poner un ancla en el pasado.
Justamente, pocos días atrás, el economista Martín Vallcorba, cercano a Mario Bergara, calificó como «muy mala» la propuesta del Pit Cnt para reformar la seguridad social e incluso elogió algunos puntos de la reforma promovida por el oficialismo.
Sería un enorme aporte al debate democrático y a la información que los uruguayos merecen tener, que todos los candidatos de todos los partidos dijeran con claridad qué es lo que piensan hacer con la economía. Y en la medida de lo posible, quienes son sus candidatos para ocupar el ministerio de Economía y Finanzas.
Habrá otros temas y otras definiciones -otra que parece fundamental tiene que ver con la política exterior- pero la economía es clave.
Cuanto más claridad exista al respecto, mejores insumos para que la gente vote, con tranquilidad y con garantías.
Tal vez los uruguayos tengamos suerte y después de las elecciones se logren por fin políticas de Estado en materias tan sensibles como la seguridad pública.
Finalmente, el recuerdo para una figura clave de las últimas décadas que ya no está: Danilo Astori.