Búsqueda de equilibrios en el FA
Por Alfonso Lessa
11.10.2021 | tiempo de lectura: 3 minutos
Durante un período prolongado el Frente Amplio tuvo en el Frente Líber Seregni liderado por Danilo Astori una columna fundamental para los equilibrios internos de la coalición de izquierda y para su crecimiento y desarrollo que le permitieron llegar al gobierno en tres oportunidades consecutivas.
En los últimos tiempos, por una serie de factores que incluyen obviamente la pérdida de presencia de los líderes más experimentados y de mayor edad, entre los que está Astori, esa columna de centro izquierda fue perdiendo peso.
Y, como contrapartida, ante la nueva realidad y el vacío que se fue generando, tanto por el debilitamiento del Frente Líber Seregni, como por la dispersión de los grupos moderados, creció la presencia de los sectores más duros, tanto por la vía electoral, unos; como por la imposición de estrategias y discursos que involucran a toda la coalición, a pesar de un bajo apoyo de los votantes, otros. La influencia y utilización del bloque sindical, es uno de los instrumentos para ello.
Y esa nueva realidad complica a la izquierda por lo menos en dos aspectos relacionados entre sí: la inexistencia de un equilibrio que le resulta básico para la captación de votantes, y el propio ejercicio de la política y la construcción de un discurso capaz de tentar al electorado moderado.
Astori ha sido una figura fundamental de los tres gobiernos de izquierda, ya fuera como ministro de Economía o como un vicepresidente particular que manejó igualmente la economía. Un protagonismo que no estuvo exento de cuestionamientos y en algunos casos fuertes choques internos. Incluso hay quienes hoy evocan y utilizan como un capital propio la política económica liderada por Astori, pero que en su momento fueron críticos con la misma, le pusieron palos en la rueda y la llegaron a considerar “agotada”.
La historia seguramente ubicará a Astori como uno de los protagonistas más poderosos de esos tres gobiernos de izquierda y como un factor fundamental para que el Frente Amplio creciera y se desarrollara en un escenario en el que la amplia mayoría de los votantes uruguayos se autodefine como de centro, centro izquierda o centro derecha.
Un actor, Astori, que los dos presidentes frentistas también consideraron clave, incluso para generar confianza de inversores aquí y en el exterior. No en vano Tabaré Vázquez lo proclamó ministro durante una visita a Washington en la que primero había ofrecido el cargo a Enrique Iglesias. Y José Mujica lo sostuvo, aun contra corrientes contrarias en su propio sector.
En ese sentido, durante la semana pasada se concretó un anuncio que puede constituirse en un punto de quiebre en esta realidad: la reunificación de sectores moderados en torno a una corriente seregnista que incluye a dirigentes como el ex ministro Mario Bergara, grupos fundadores del Frente Amplio como el PDC, la propia Asamblea Uruguay y otros sectores y militantes.
La propia reivindicación del nombre del general Líber Seregni -el dirigente histórico más importante del Frente- es un mensaje.
Como lo fue la presencia vía zoom de Danilo Astori dando inicio formal a este proyecto.
Habrá que ver ahora, en el ejercicio diario de la política, como se posiciona y distingue esta nueva corriente a la que probablemente se adhieran otros sectores.
En ese sentido el ejercicio de la política necesita de gestos y acciones claras como lo hizo el propio Seregni cada vez que lo creyó necesario o como lo hizo Astori, al que no le ha temblado la voz, por ejemplo, al momento de calificar de dictadura a las dictaduras o de poner en juego su cargo apenas comenzado el primer gobierno del Frente Amplio, cuando se discutía el Presupuesto, o de ser el primero en marcar autocríticas serias después de las últimas elecciones.
Esta nueva corriente necesita de una figura aglutinante y por ahora asoma el ex ministro Bergara, más allá de la cercanía que, al menos en algún momento, mostró con Mujica.
Bergara mantuvo sí un largo vínculo con Astori -del que en algún momento estuvo alejado- y se ha proclamado varias veces como admirador de Seregni, una figura que no es precisamente reivindicada por el MLN, columna vertebral del MPP. Los hechos dirán.
La amplia mayoría de los votantes uruguayos que se proclaman como de izquierda, constituyen un electorado cautivo del Frente, que sólo puede crecer hacia el centro. Y para ello la construcción o reconstrucción de esta alianza, puede ser determinante.