Entra el presidente
Por Leonardo Luzzi
26.09.2024 | tiempo de lectura: 2 minutos
El 27 de octubre son las elecciones nacionales, ya se sabe, y ahí habrá que votar en forma obligatoria para elegir al futuro presidente, vice y Parlamento. También se ponen en juego dos plebiscitos. Uno sobre la seguridad social y otro sobre los allanamientos nocturnos.
Me voy a referir al primero, al que impulsa el Pit Cnt y algunos sectores grandes del Frente Amplio, como el Partido Comunista y el Partido Socialista. Pero este análisis pretende enfocarse en lo que será esa campaña con base en lo que se ve hoy.
Los impulsores de la consulta popular empujaron, seguramente sin preverlo, al presidente Luis Lacalle Pou a salir a la cancha a defender su ley, la que su gobierno estableció, buscando que el sistema previsional tenga más años de sobrevida.
Varios constitucionalistas ya hablaron claro: el presidente puede defender una ley públicamente sin que eso violente la carta magna. En todo caso, si hay una inconstitucionalidad, deberá ser la Suprema Corte de Justicia la que lo determine. Todo lo demás son opiniones.
La fórmula del Frente Amplio Yamandú Orsi-Carolina Cosse, y en particular la candidata a vice, insistió en que el presidente, si no viola la Constitución, camina en la cornisa.
El asunto es que la campaña del presidente, en este caso por el No al plebiscito, se dará al mismo tiempo que la campaña política que hacen los partidos para una elección nacional que se prevé competitiva.
Y en ese escenario parejo se puso a correr al presidente Lacalle Pou, quien hoy tiene una aprobación popular que ronda el 50 %, la misma prácticamente que tuvieron Tabaré Vázquez y José Mujica a esta altura de sus gobiernos.
Entonces, para los impulsores del plebiscito no parece bueno que el presidente, una figura con ese peso, esté machacando contra la reforma.
Tampoco parece bueno para el Frente Amplio, en particular para los sectores y candidatos que están en contra del plebiscito, porque ven en las calles a la principal figura del oficialismo recorriendo el país.
El presidente pondrá entonces en el primer lugar de la agenda un asunto que le interesa, mientras que el Frente Amplio —que está dividido sobre el plebiscito— pretende que el centro del debate sea otro.