Augurios complicados para el año electoral
Por Alfonso Lessa
12.12.2023 | tiempo de lectura: 3 minutos
Tal como lo había adelantado, el ex ministro Luis Alberto Heber volvió con todo a su banca del Senado: no se guardó nada y con el fallo definitivo a su favor respecto a las denuncias de eventuales delitos por el contrato de Katoen Natie, contraatacó con dureza los senadores Charles Carreras del MPP y Mario Bergara del Polo Seregnista.
Pareció claro que la mayor parte de las alusiones referían a Carrera, el ex director general del Ministerio del Interior, con el que hay un enfrentamiento que trasciende este tema y tiene que ver también con las denuncias que lo involucran al igual que a la diputado Susana Peyera, sobre el uso del Hospital Policial incluso para resguardar durante largo tiempo a dos ex militantes del MPP que luego lo denunciaron.
Y también con aspectos que se cruzan en la interna policial.
Heber dijo que el Frente se había dedicado a “insultar, enchastrar y denostar”, y durante el debate se escucharon calificativos como “atrevido” de las dos partes o “miserable y ruin” de parte del senador blanco Da Silva a Carrera.
Desde el FA se dijo que en realidad no sentían haber insultado a nadie.
No parece ser este el único ni el último cruce de este tipo que nos aguarda, más teniendo en cuenta, no sólo los temas políticos, sino también las causas en el ámbito judicial que esperan a miembros del oficialismo y la oposición.
Este ha sido un año atípico, en el que lo político y lo judicial se mezclaron, se anudaron a niveles desconocidos hasta ahora en el Uruguay, con una protagonismo tan grande de los fiscales, que por momentos les dio mas visibilidad que a los actores políticos.
O directamente se convirtieron, seguramente sin proponérselo en actores políticos.
Las filtraciones permanentes, en general en perjuicio del oficialismo, marcaron el ritmo de muchos temas de la agenda político.
El año que termina fue en Uruguay, en términos políticos, un subibaja. Para todos.
El oficialismo logró avances en algunos de sus más importantes objetivos, como la reforma de la seguridad social, la puesta en marcha de la reforma educativa, la disminución de la mayoría de los delitos y la realización de diversas obras.
Sin embargo quedó acosado por los ecos del caso Astesiano y la aparición del caso Marset y el pasaporte que le entregó Uruguay, en una polémica que aún continúa y que el Frente Amplio aprovechó para buscar el desgaste del gobierno; casos que en buena parte crecieron por errores propios del oficialismo, algunos inexplicables.
Los dos casos fueron aprovechados por la oposición que insistió en una política de desgaste, en buena medida dirigida a un presidente que ha mostrado una fortaleza inusual en el apoyo a su gestión más allá de todo. Habrá que ver si esa política tan agresiva le resulta electoralmente positiva al Frente o termina jugándole en contra.
Y como si fuera poco, surgieron las acusaciones y luego el procesamiento del senador Gustavo Penadés, figura clave de la 71, por varios delitos vinculados al abuso e incluso violación de menores.
Este clima electoral previo, sazonado con múltiples ingredientes, no augura nada bueno.
Es de esperar, como siempre ocurre, que el verano tranquilice los ánimos, pero el año próximo todos se juegan mucho.
Claro que primero vienen las internas y allí habrá que ver, por ejemplo, como se diferencias los precandidatos del FA: si confrontando razonablemente sus ideas, o en una especie de competencia acerca de quien es más opositor, el más duro.
Ese puede resultar un juego peligroso, no solo para el conjunto del sistema político, sino para los propios protagonistas.
En el oficialismo las cosas serian un tanto diferentes, porque en junio se dirimirá la interna de cada partido de la coalición, pero en octubre será la verdadera interna partido contra partido del actual oficialismo, para determinar candidaturas, fórmulas y mayorías
El reciente acto por los 40 años del Obelisco organizado por las juventudes partidarias, resultó un gesto muy importante en medio de todo este clima. Y abrió alguna esperanza en medio de este clima de confrontación, para nada fácil de revertir.