La interna del FA se mueve

Por Alfonso Lessa

30.05.2022 | tiempo de lectura: 4 minutos

Las próximas elecciones pueden parecer, en un sentido, muy lejanas, pero en términos del tiempo y el trabajo que lleva perfilar sectores, buscar acuerdos y potenciar eventuales candidatos, ese tiempo no es demasiado. Más aún, se podría pensar que los dirigentes políticos siempre actúan sabiendo que cada uno de sus pasos puede ser relevante para su futuro. Salvo excepciones muy raras y casi nulas en Uruguay, construir la imagen de un potencial presidenciable es cuestión de un largo proceso.

Es por eso que en el Frente Amplio —que además vive un tiempo de transición generacional— se perciben movimientos destinados a reacomodar fichas, agrupar fuerzas y blindar a las principales figuras que asoman hoy como eventuales candidatos presidenciales.

La reciente propuesta del intendente canario, Yamandú Orsi, de brindar un homenaje público a Danilo Astori no parece ajena a este hecho, sea por el tanteo de acuerdos electorales con el astorismo o parte de él, sea en procura de los votos de frentistas de centro, que en su caso pueden ser vitales para ganar en la interna, así como fundamentales para el Frente aspirar a volver al gobierno.

El pronunciamiento fue un tanto sorpresivo y contundente. Sorpresivo porque Orsi es un hombre del MLN y, por tanto, del ala del expresidente José Mujica. Y contundente por el inequívoco papel que atribuyó a Astori en los últimos 15 años, primero a través de un tuit y luego en declaraciones a La Diaria, en las que dijo que es el momento” de que se reconozca la figura de Astori como “conductor y estandarte de la política económica” que tuvo Uruguay en los 15 años de gobierno frenteamplista.

La postura de Orsi adquiere un mayor significado si se tiene en cuenta el momento, aspecto muy relevante muchas veces para entender los hechos políticos: después del video en el que Astori realizó advertencias sobre los riesgos que corre el nuevo Polo Progresista por apetencias sectoriales o personales y candidaturas que nadie aprobó.

Muchos interpretaron que se dirigía a Mario Bergara, aunque luego el senador de Asamblea Uruguay aseguró que no estaba relacionado con ninguna persona en particular.

La propuesta de homenaje, además, la divulgó Orsi después de una reunión, a instancias del propio intendente, con la legisladora y pareja de Astori, Claudia Hugo, y el dirigente Carlos Varela. Allí Orsi les trasmitió su idea acera del reconocimiento al líder de Asamblea Uruguay.

En momentos en los que muchas veces aparecen públicamente operadores políticos de los sectores más duros —MPP o Partido Comunista y cuando Fernando Pereira no se ha caracterizado hasta ahora por un discurso público conciliador— la pelea por el centro empieza a ganar espacio en el Frente Amplio. Una necesidad indiscutible.

Recientemente Orsi participó de los actos del 18 de Mayo, con la presencia del presidente Lacalle y realizó críticas en un discurso que algunos interpretaron casi como un lanzamiento de campaña.

Pero también aseguró que la seguridad era un problema de todo el sistema político y terminó diciendo al ministro Heber que contara con él. Y se mostró en una actitud amistosa con el presidente Lacalle Pou.

No son pocas las veces que Orsi ha marcado sus propio perfil con discursos o posturas alejadas de las más radicales. Por ejemplo, en algunos casos de la seguridad pública —“ellos o nosotros” dijo en un recordado caso policial— o la defensa de barrios privados.

Probablemente Orsi era ya el mejor candidato que tenía el Frente para las elecciones pasadas, pero le reclamaron esperar un período más. Ahora, un entendimiento con el astorismo le aseguraría el respaldo del Mujica y Astori, las dos mayores figuras del Frente Amplio hoy.

Para algunos dirigentes esa sería una utopía. Otros piensan de manera diferente: creen que las introducción de una tercera candidatura del Polo Seregnista entre Orsi y la intendenta Carolina Cosse, dividiría votos y favorecería a esta última, que no cuenta con el visto bueno de muchos dirigentes moderados.

En torno a la propia Cosse no se perciben mayores movimientos, aunque se considera que requiere una puerta de entrada para votos de centro. Algunas miradas apuntan, en ese sentido, al economista Pablo Ferreri, en su momento muy cercano a Astori y que hoy y que hoy ocupa un cargo jerárquico en la Intendencia de Montevideo.

Habrá que esperar también los movimientos del Partido Comunista, ya que la eventual candidatura del senador Andrade esa una posibilidad. O una carta de negociación, quizás para una vicepresidencia.

Y todo esto ha venido ocurriendo al mismo tiempo que Astori —que por motivos de salud se mantiene en su casa— golpeó la mesa buscando ordenar una corriente que tiene sus complejidades.

“Por eso desde ahora —dijo— cuando estamos dando nuestros primeros pasos, advertimos que es necesario evitar flancos por los que se cuela la división y objetivos personales o sectoriales, referidos a supuestos liderazgos que contradicen la afirmación de identidades o las candidaturas que no han sido discutidas. No permitamos que el proyecto fracase”.

Y cuando además Astori brega por otros aspectos clave: la renovación ideológica, la renovación de las estructuras y una auténtica autocrítica que deje de lado el discurso políticamente correcto. Una vieja lucha que en su momento dio Seregni, incluso junto a Astori y Vázquez. En algunos aspectos, sobre todo el de las estructuras con lógica del 71, sin mucha suerte. Estructuras que, entre otros problemas, diluyen el voto de los ciudadanos en las elecciones nacionales y determinan que cuánto más alto sea el órgano de decisión la coalición, menos peso tenga ese voto.