El voto del FA con Cabildo
¿Una alianza impensada?
17.12.2021 | tiempo de lectura: 5 minutos
Hay quienes se pueden haber visto sorprendidos por la circunstancial alianza entre el Frente Amplio y Cabildo Abierto para la aprobación del proyecto de ley -ya votado en las dos cámaras- que pone determinados límites a la forestación.
Es que el permanente cruce de acusaciones entre miembros de la coalición de izquierdas y el sector que lidera el senador y general retirado Manini Ríos podría hacer pensar eso. Al igual que los ataques de algunas organizaciones sociales y de derechos humanos al militar retirado y su sector.
El hecho, sumado a otras diferencias entre Cabildo Abierto y el resto de los partidos de la coalición oficialista, ha llevado a interpretar a alguna gente que esta situación estaría exponiendo un cierto resquebrajamiento en el gobierno multicolor.
Todo esto, sin embargo, no debería generar tal sorpresa ni proyectar una situación de crisis para el gobierno.
El presidente Lacalle Pou lo ha reiterado apenas regresó al país de su último viaje al exterior: la coalición de gobierno está construida en base a un acuerdo explícito de determinados puntos y esta ley no estaba incluida en los mismos; al igual que otros tema planteados por Cabildo Abierto, por más polémicos que resulten, como el de la liberación de presos de más de 65 años.
Resulta claro que en la coalición de gobierno esas diferencias públicas no hacen gracia, como tampoco algunas expresiones de Manini sobre la presunta lentitud o timidez del gobierno en el desarrollo de algunas políticas. Pero sin embargo disidencias de este tipo son esperables en este tipo de coalición que tiene nada más ni menos que cinco partidos.
Cabildo Abierto es una experiencia política nueva, que pateó el tablero político y que nuclea a gente y votantes muy diversos, incluyendo por supuesto a militares y expresiones de la derecha más dura, comprometidos con la dictadura, pero no solamente. Manini lo sabe, y por lo tanto está obligado a marcar su perfil, reafirmar su presencia en el escenario político e intentar satisfacer a su heterogéneo electorado, dando señales de que procura cumplir con sus compromisos, aunque ello signifique chocar con sus socios en algunos aspectos. El asunto central es hasta donde tirar de la cuerda. Pero una declaración del propio general hizo clara referencia a esto: dijo que “por ver el árbol, nunca va a perder de vista el monte”.
La circunstancial alianza parlamentaria con el Frente Amplio no debería sorprender por varias razones. En primer lugar, porque la coalición de izquierdas también hace su juego y vio la oportunidad de hacer votar dividido al oficialismo en plena campaña por la LUC. Pero además hay sectores del Frente Amplio que realmente creen -detalles más o menos- en lo que se votó, aunque otros sólo levantaron la mano por disciplina partidaria.
Y finalmente cabe recordar, más allá de gritos de tribuna y presiones, que Manini Ríos ocupó durante el último gobierno de izquierda una posición de privilegio y una relación muy cercana con el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro. Fue ascendido a general por el Frente Amplio y fue comandante en jefe, más allá de las diferencias en el último tiempo. La relación con Fernández Huidobro no era sólo un tema person
El voto del FA con Cabildo
¿Una alianza impensada?
Hay quienes se pueden haber visto sorprendidos por la circunstancial alianza entre el Frente Amplio y Cabildo Abierto para la aprobación del proyecto de ley -ya votado en las dos cámaras- que pone determinados límites a la forestación.
Es que el permanente cruce de acusaciones entre miembros de la coalición de izquierdas y el sector que lidera el senador y general retirado Manini Ríos podría hacer pensar eso. Al igual que los ataques de algunas organizaciones sociales y de derechos humanos al militar retirado y su sector.
El hecho, sumado a otras diferencias entre Cabildo Abierto y el resto de los partidos de la coalición oficialista, ha llevado a interpretar a alguna gente que esta situación estaría exponiendo un cierto resquebrajamiento en el gobierno multicolor.
Todo esto, sin embargo, no debería generar tal sorpresa ni proyectar una situación de crisis para el gobierno.
El presidente Lacalle Pou lo ha reiterado apenas regresó al país de su último viaje al exterior: la coalición de gobierno está construida en base a un acuerdo explícito de determinados puntos y esta ley no estaba incluida en los mismos; al igual que otros tema planteados por Cabildo Abierto, por más polémicos que resulten, como el de la liberación de presos de más de 65 años.
Resulta claro que en la coalición de gobierno esas diferencias públicas no hacen gracia, como tampoco algunas expresiones de Manini sobre la presunta lentitud o timidez del gobierno en el desarrollo de algunas políticas. Pero sin embargo disidencias de este tipo son esperables en este tipo de coalición que tiene nada más ni menos que cinco partidos.
Cabildo Abierto es una experiencia política nueva, que pateó el tablero político y que nuclea a gente y votantes muy diversos, incluyendo por supuesto a militares y expresiones de la derecha más dura, comprometidos con la dictadura, pero no solamente. Manini lo sabe, y por lo tanto está obligado a marcar su perfil, reafirmar su presencia en el escenario político e intentar satisfacer a su heterogéneo electorado, dando señales de que procura cumplir con sus compromisos, aunque ello signifique chocar con sus socios en algunos aspectos. El asunto central es hasta donde tirar de la cuerda. Pero una declaración del propio general hizo clara referencia a esto: dijo que “por ver el árbol, nunca va a perder de vista el monte”.
La circunstancial alianza parlamentaria con el Frente Amplio no debería sorprender por varias razones. En primer lugar, porque la coalición de izquierdas también hace su juego y vio la oportunidad de hacer votar dividido al oficialismo en plena campaña por la LUC. Pero además hay sectores del Frente Amplio que realmente creen -detalles más o menos- en lo que se votó, aunque otros sólo levantaron la mano por disciplina partidaria.
Y finalmente cabe recordar, más allá de gritos de tribuna y presiones, que Manini Ríos ocupó durante el último gobierno de izquierda una posición de privilegio y una relación muy cercana con el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro. Fue ascendido a general por el Frente Amplio y fue comandante en jefe, más allá de las diferencias en el último tiempo. La relación con Fernández Huidobro no era sólo un tema personal: expresaba la particular relación del MLN con los sectores más nacionalistas del Ejército, que se mantiene en el correr del tiempo y refiere no sólo a aspectos históricos, sino a visiones comunes sobre algunos temas; una puerta de diálogo que algunos no ven o no quieren ver.
No es casualidad, por ejemplo, que Mujica haya propuesto hace diez años algo muy similar a lo que plantea el polémico y tan resistido proyecto de Cabildo Abierto: dar prisión domiciliaria a los presos de mayor edad, entre los que se encuentran los que están en la Cárcel de Domingo Arena por violaciones a los derechos humanos. La diferencia era solo de cinco años de edad: Cabildo propone que el límite sea de 65 años, Mujica lo ubicaba en los 70.
Es muy probable que este tipo de disidencias se reitere, sin que ello rompa la coalición de gobierno aunque, claro, en la medida que lleguen los tiempos electorales, cada partido marcará su propia cancha y el modo en que lo hagan, dará cuenta acerca que tanto será posible o no que una experiencia de este tipo se reitere, e incluso que se profundice.
al: expresaba la particular relación del MLN con los sectores más nacionalistas del Ejército, que se mantiene en el correr del tiempo y refiere no sólo a aspectos históricos, sino a visiones comunes sobre algunos temas; una puerta de diálogo que algunos no ven o no quieren ver.
No es casualidad, por ejemplo, que Mujica haya propuesto hace diez años algo muy similar a lo que plantea el polémico y tan resistido proyecto de Cabildo Abierto: dar prisión domiciliaria a los presos de mayor edad, entre los que se encuentran los que están en la Cárcel de Domingo Arena por violaciones a los derechos humanos. La diferencia era solo de cinco años de edad: Cabildo propone que el límite sea de 65 años, Mujica lo ubicaba en los 70.
Es muy probable que este tipo de disidencias se reitere, sin que ello rompa la coalición de gobierno aunque, claro, en la medida que lleguen los tiempos electorales, cada partido marcará su propia cancha y el modo en que lo hagan, dará cuenta acerca que tanto será posible o no que una experiencia de este tipo se reitere, e incluso que se profundice.