Restos: Política de Estado
Por Leonardo Luzzi
16.06.2023 | tiempo de lectura: 2 minutos
Desde la salida de la dictadura en 1985 se planteó el tema de los desaparecidos. El escenario era distinto al actual y el peso militar también.
Con distintas estrategias y decisión se fue avanzando. Primero más lento y luego con más intensidad. Hubo períodos donde no se hizo nada o prácticamente nada. Hubo mentiras en el camino.
Desde los años 2.000, en el gobierno del Presidente colorado Jorge Batlle se formó la Comisión para la Paz, punta pie inicial de lo que vendría después aunque algunos no lo quieran reconocer así.
En aquellos años, ese grupo de trabajo formado por figuras de distintos partidos y hasta de la Iglesia Católica, recibió información, la procesó y descartó otros datos que llegaban y que parecían querer desviar las investigaciones. Pero se obtuvieron resultados tangibles y de los que no se ven. Fue Batlle el que levantó el teléfono y le avisó al poeta argentino Juan Gelman que, luego de tantos años de búsqueda, había aparecido viva su nieta Macarena. En ese período también se encontró a quien había sido secuestrado de niño, Simón Riquelo, tras un trabajo gigante del periodista del diario La República, Roger Rodríguez y el legislador Rafael Michelini.
Luego vinieron los gobiernos del Frente Amplio con una marcada decisión de avanzar. No fue fácil tampoco. Tabaré Vázquez reclamó información a los mandos militares y recibió datos falsos de entierros clandestinos lo que fue un escándalo. El Presidente Vázquez arremetió y más tarde se ingresó por primera vez a predios militares donde aparecieron los primeros restos humanos confirmando que eran de personas desaparecidas en dictadura y cuyas familiares jamás dejaron de buscarlos.
Con José Mujica en la Presidencia se siguió excavando y aparecieron más restos. Los últimos en 2019 en el Batallón de avenida de las Instrucciones.
Mientras tanto las marchas del 20 de Mayo se suceden con el mismo reclamo de saber “Dónde están” y desbordan de gente a la avenida 18 de Julio.
Desde la actual administración se decidió, no solo entregar toda la información disponible, si no, además, hacerla pública para que quede al alcance de toda la población.
Los antropólogos, primero con López Más a la cabeza y ahora con Alicia Lusiardo y su equipo, siguieron analizando la información que se tenía y la cruzaron con nuevos datos que fueron surgiendo y que resguarda la Institución Nacional de DDHH. Así la retroexcavadora volvió a recorrer una zona cautelada en el Batallón 14 de Toledo y nuevamente, ahora bajo el gobierno del Presidente Luis Lacalle Pou, aparecieron restos humanos cuyo ADN se analiza para determinar a quién corresponden.
La espera por el ADN será de un mes y para los Familiares de Desaparecidos esos 30 días son una eternidad. Ellos en realidad están esperando desde hace años.
La búsqueda continúa.